30 de mayo de 2008

Las cosas no dichas del Caso Narcisazo: Las contradicciones de los familiares (Tercera Parte)

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Uno de los actos de recordación de Narcisazo, efectuado a orillas del Mar. (Foto: bp2.blogger.com).
Este es el tercero de varios reportajes de ALMOMENTO.NET sobre este dramático caso, de marcados ribetes políticos, que provocó curiosidad en la opinión pública y nunca ha sido esclarecido.

Como parte de sus investigaciones tras la desaparición de Narcisazo en el 1994, la comisión designada por la Policía Nacional interrogó a los familiares de este último. El primer testimonio que figura es el de su esposa, Luz Altagracia Ramírez de González, quien comenzó señalando que el 26 de mayo del 1994 cuando se produjo la desaparición, ella y su marido amanecieron en su residencia en compañía de sus hijos. Agregó que ella se levantó alrededor de las 6 de la mañana y, luego de realizar sus actividades normales, salió a hacer ejercicios físicos en el mismo sector Villa María.

Entre otras cosas, declaró que entre ella y su esposo no existían diferencias matrimoniales, con excepción “de aquellas normales entre parejas”. Dijo que tampoco su esposo tenía problemas con sus hijos.

Al momento de su desaparición Narcisazo tenía 52 años y su esposa 43. Incidente con el propietario de una casa

Agregó que el único problema que confrontaban era con la casa en que residían, ya que su propietaria y un hermano suyo de nombre Luís se la habían pedido.

Luz Altagracia reveló que un tiempo atrás ella había sostenido una pequeña discusión con Luís porque éste le había hablado mal, y que en abril (un mes antes de la desaparición) éste volvió a la residencia y les preguntó: “En qué están ustedes con la casa?”. A seguidas, según la declaración de la esposa de Narcisazo, Luís expresó: “Pues, deben mudarse urgentemente; recuérdese lo que le pasó a las gentes que no se mudaron al pedírsele una casa y los quemaron”. (Luis hizo alusión a un incidente ocurrido en esa época entre un casero y unos inquilinos, quienes se enfrascaron en una discusión en un barrio capitaleño la cual degeneró en una trifulca en que el primero roció gasolina a una vivienda y la quemó con varias personas dentro).

Luz Altagracia reveló que en la última semana de mayo Luis se presentó de nuevo y en ese instante llegó Narciso, por lo que ambos entablaron una discusión. Afirmó que Luis salió a la calle y en tono desafiante vociferó: “Tú verás lo que va a pasar, pues tú te quieres quedar con la casa!!”.

La Esposa narró que el 14 de mayo se produjo un tercer incidente cuando Narciso estaba observando una marcha del Partido Revolucionario Dominicano y Luís le dio un trompón por la espalda. No especificó cómo concluyó esta rencilla. Reveló que Narcisazo sufría de epilepsia. Atribuyó, sin embargo, su desaparición al artículo que publicó en la revista La Muralla y al discurso en la UASD.

Negaron la agresión

La Policía de inmediato llamó a interrogatorio a la propietaria de la citada vivienda y a su hermano. Resultaron ser Olga Altagracia Germosén de Ríos (alias Ita) y Luís Encarnación Germosén. La primera afirmó que aunque en varias ocasiones había reclamado a Narciso y su esposa la entrega de la casa, no había tenido problemas personales con ellos. Luis, de su lado, negó categóricamente que haya dado un trompón por la espalda al profesor. Ambos dijeron desconocer los motivos y circunstancias de la desaparición.

No “amaneció” en su casa

La hija menor de Narcisazo, Jennie, interrogada por la Policía, ofreció un testimonio un tanto diferente al de su madre. Declaró que ésta (Luz Altagracia) no amaneció el día 26 en su residencia ya que tenía un día fuera de ella en razón de que había dormido en casa de su madre, Lucila Martínez. No especificó los motivos de esta ausencia. Afirmó que sus padres confrontaban problemas matrimoniales “pero no graves”.

La primera versión

|La primera versión en el sentido de que Narciso fue visto en el Palacio de la Policía fue ofrecida por su hijo, Ernesto González Ramírez, sin precisar dónde había obtenido este dato. Dijo que había “escuchado” que su padre había estado detenido en la tercera planta del recinto policial y que también tenía informes de que estaba detenido en el Ejército Nacional. Al igual que su madre y su hermana Jennie, atribuyó la desaparición del Profesor al artículo en la revista y el artículo en la UASD. Dijo que entre sus padres no existían problemas “de gravedad o de mayor importancia”. Sin embargo, reveló que había existido un problema entre su hermana Rhina y el doctor Narciso ya que éste no aceptaba que ella llegara tarde por las noches y, como consecuencia de esta situación, ésta se fue a vivir con una prima.

Ernesto también reveló que su madre había estado fuera de casa desde el martes 24 de mayo porque una hermana suya, llamada Rosalía, estaba “preparando viaje” para el exterior y ella fue a acompañarla a casa de la madre de ambas.

Confirma ausencia

Rhina González Ramírez, la otra hija de Narcisazo, al ser interrogada por la Policía manifestó que el viernes 27 de mayo en la mañana (un día después de la desaparición) se comunicó con su madre Luz Altagracia mientras ésta se encontraba en la residencia de su madre. Informó que en ese momento Luz le comunicó que permanecería en casa de su madre hasta el día siguiente.

Versión de la hermana

Rosalía Ramírez Martínez, la hermana de Luz Altagracia, al ser llamada a interrogatorio no confirmó que haya estado preparando viaje para el exterior ni que estuviera “arreglando maletas”. Declaró que fue el 27 de mayo cuando se enteró de la desaparición de su cuñado a través de una llamada telefónica que le hizo su hermana. Reveló que cuando recibió esta llamada ella (Rosalía) estaba en su residencia de la calle Eusebio Manzueta 199, de Villa Consuelo.

Rosalía agregó que el domingo 29 de mayo, tres días después de la desaparición, ella recibió una llamada telefónica de una persona que se identificó sólo como militar y le dijo que a su cuñado lo tenían “en la tercera planta del Palacio de la Policía” y que ese mismo día alrededor de las 5:00 de la tarde, encontrándose ella en casa de su hermana Luz Altagracia, llegó hasta allí una joven desconocida, de color indio, mediana estatura, gordita, quien se identificó como “alumna” del profesor Narciso, y dijo que tenía mecanismos para investigar sobre el paradero de éste. Rosalía declaró que entregó a la joven una foto de su cuñado y luego ésta volvió a comunicarse con ella vía telefónica y le dijo:

-“Usted sabe quien le habla?... no me voy a identificar. Ellos lo tienen. Dígales que se lo entreguen”-. Narró que tres días después recibió otra llamada telefónica de la misma persona, la cual agregó: - “Dense rápido, que lo tiene el Mayor Acosta, de Investigación, en la tercera planta del Palacio de la Policía Nacional”.

“Llamada” de Narciso

Rosalía relató que el lunes 30 de mayo alrededor de las 9 de la mañana mientras ella se encontraba en su residencia, recibió otra llamada telefónica de una persona que no se identificó y le dijo: -“Le va a hablar el doctor Narciso”. En seguida, según relató, escuchó en el teléfono a su cuñado, quien con voz muy apagada le dijo: -“Ponme a mi hija Jennie”.

Agregó que ella dijo a Narcisazo: - “Dime dónde tu estás?. Es Rosalía, es tu cuñada!!. ¿Dónde tu estás?!!”. Y él le contestó: -“No puedo, no me dejan, me tienen secuestrado”. Ella le preguntó a seguidas: “Te voy a buscar?” y él insistió: “No puedo, no me dejan”.

Rosalía dijo que en ese instante oyó que le quitaron el teléfono a su cuñado, razón por la cual ella exclamó: “Pero .. ¿qué es lo que Ustedes quieren?. Y una voz desconocida le respondió: “No estamos relajando, somos periodistas!!”.

La señora Rosalía González dijo que puede asegurar en un 95% que se trató de la voz de su cuñado, a pesar de que –según ella admitió- desde hacía unos 20 años venía padeciendo de problemas auditivos que se “agravaban” cuando ella tenía situaciones de tensión.

Otra hermana

Una hermana materna del doctor Narciso González dijo a la Policía que el lunes 20 de junio del 1994 recibió una llamada telefónica de alguien no identificado que le señaló: “Clara, no te preocupes, que él está vivo”. El Mayor Acosta Cuevas El mayor Rafael Olimpo Acosta Cuevas, de la Policía Nacional, declaró que no conocía Narciso González ni a su esposa, y que se enteró de que éste se encontraba desaparecido a través de los medios de comunicación, por lo que no tenía nada que opinar sobre este caso. Vecinos de la casa La Policía interrogó también a los vecinos de la casa en donde vivía el matrimonio González Ramírez: los señores Rafael Antonio Lara Castillo, doctor Julio César Mella Mendoza, José María

Almanzar Fernández, María Erminda Valdez de León (alias Bellita) y Eulogia Morales Charrón (alias caqui), quienes coincidieron al señalar que Narciso y sus familiares eran personas poco comunicativas y que no tuvieron conocimiento de ningún incidente ocurrido en la vivienda de éste. Almánzar Fernández reveló que el profesor universitario le debía cuatro mil pesos por lo cual le pagaba un rédito mensual de 800 pesos.

Otros interrogados

Otras personas entrevistadas por la Policía fueron la profesora Ana Dolores Guzmán de Camacho, decana de la Facultad de Humanidades de la UASD; el periodista Johnny Alberto Salazar, director de la revista La Muralla, de Nagua; Francisco Octavio Mejía Moreta (alias Tavito) y su hijo Wilson Darío Mejía Villar (quienes frecuentemente visitaban el Hipódromo), Amado de Jesús Pérez (alias Nandín) entrenador del establo Oscar AM y Fabián Núñez (alias Junior), propietario de la banca de apuestas hacia donde Narcisazo supuestamente se dirigió poco después de las 9:30 de la mañana del día de su desaparición. Ninguno de ellos pudo arrojar luz sobr el caso.

Fin de la tercera parte

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