10 de marzo de 2009

Los dominicanos, fascinados con el metro de Santo Domingo

Santo Domingo, 10 mar (EFE).- El metro de Santo Domingo, inaugurado hace cerca de un mes, mantiene fascinados a los dominicanos, al punto de que familias enteras llegan de los lugares más recónditos para dar un paseo en él y hacerse una foto o un vídeo como testimonio de haber pisado una de sus estaciones.

Un total de 1.895.000 personas utilizaron los servicios del metro en su primer mes de operación, según datos ofrecidos por el presidente del país, Leonel Fernández, quien destacó el "ejemplar" comportamiento de los usuarios de este sistema de transporte.

"Los caballeros ceden sus asientos a las damas y a los discapacitados. Se guarda respeto a las normas e indicaciones de lugar", aseguró recientemente Fernández en un discurso.

En el metro de Santo Domingo, agregó, se mantiene la limpieza y todos los usuarios comprenden que no se pueden comer chicharrones, el plato emblemático de la localidad de Villa Mella, al norte de Santo Domingo, en la que se interna el Metro tras hacer un recorrido de 14,5 kilómetros.

Y es que, lejos de la polémica que rodeó la construcción del metro desde el principio hasta el final, los capitalinos ven en este ferrocarril una solución vial que les permite movilizarse en menos tiempo en un país con un sistema de transporte público deficiente.

"Creo que es el inicio del adecentamiento del sistema de transporte en nuestra República Dominicana", dijo a Efe Manuel Gil, residente en la localidad de Yaguate, San Cristóbal (oeste).

Cuando Gil se traslada a la capital lo hace en su vehículo, pero lo deja estacionado y hace sus diligencias y visitas en el subterráneo y así evita los infernales embotellamientos de la ciudad y el estrés que éstos generan, según dijo.

El metro "es un servicio óptimo, no tiene ningún tipo de inconvenientes y en cuestión de minutos recorre de un lugar a otro", agregó Gil, quien dijo haber vivido experiencias similares en Italia, España, Brasil y Venezuela.

El metro de Santo Domingo, considerado la mayor infraestructura construida en República Dominicana, arrancó de manera oficial el pasado 29 de enero tras unas pruebas en diciembre en las que movilizó de manera gratuita más de dos millones de personas.

Los 14,5 kilómetros de recorrido del tren supusieron un coste de 672 millones de dólares, según cifras oficiales.

Se desplaza de norte a sur por toda la avenida Máximo Gómez en el centro de la capital dominicana y se interna hasta la comunidad de Villa Mella, en el municipio Santo Domingo Norte, y tiene previsto movilizar cada día a 175.000 personas.

El metro consta de 16 estaciones unidas por 19 trenes y 57 vagones de fabricación española y su construcción contó con la supervisión del Metro de Madrid y de firmas internacionales, como la alemana Siemens.

El ferrocarril subterráneo también se ha convertido en un especie de centro turístico y no son pocos los extranjeros que visitan el país los que deciden vivir la experiencia.

Tal es el caso de Manuel, un colombiano de visita estos días en Santo Domingo y que no quiso marcharse sin antes "probarlo".

"El metro es muy bonito, muy rápido y bastante descongestionado. Recorre un sector muy importante del país", dijo Manuel en declaraciones a Efe, en las que destacó la información de empleados del metro acerca de los recorridos y las paradas.

Los fines de semana familias enteras llegan de diferentes lugares para conocer el metro y los días de la semana las escuelas y los colegios realizan excursiones para que los estudiantes se familiaricen con el subterráneo.

La obra se construyó pese al fuerte rechazo de sectores de la oposición política y organizaciones populares, que reclamaban al Gobierno fijar su atención en obras prioritarias como la salud o la educación.

Pese al rechazo, el Presidente instruyó el pasado mes a la Oficina para el Reordenamiento del Transporte que acelere los procesos para construir la segunda línea del metro de Santo Domingo, que conectará el municipio de San Luis (este) con el de Los Alcarrizos (oeste).

Fernández espera inaugurar la segunda línea del metro en febrero de 2012.

Autor: Marta Florián

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