29 de agosto de 2009

Kennedy, héroe de liberales, siempre en la diana de los ultraconservadores

Washington, (EFE).- El senador demócrata Edward Kennedy, fallecido el martes tras una larga batalla contra un cáncer cerebral, fue sepultado hoy como un "héroe" de los liberales, pero también como alguien repudiado hasta su muerte por sectores ultraconservadores. Decenas de miles de personas, entre luminarias de la constelación política de EE.UU. y ciudadanos de a pie, le dieron su último adiós en la Biblioteca Presidencial JKF, en Boston (Massachusetts), donde sus restos estuvieron expuestos desde el miércoles en un ataúd cubierto, con vista a la Bahía de Dorchester. el presidente Barack Obama, ofrecio el panegírico en el que ensalzo a Kennedy como figura clave en la vida nacional y en la del 44 presidente de la nación.

Kennedy, adalid de causas liberales desde que llegó al Senado por primera vez en 1962, falleció a los 77 años.

Como fe del aprecio a su obra, muchos incluso viajaron durante horas a Boston desde varios puntos de la costa Este del país.

Sus restos mortales serán trasladados al área de Washington, donde tendrán cristiana sepultura en el Cementerio Nacional de Arlington (Virginia), una especie de panteón de héroes nacionales en EE.UU.

Los residentes del área de Washington, un segundo hogar para Kennedy, solo podrán ver pasar la caravana de limusinas y todoterrenos que, rumbo al camposanto, hará un recorrido desde el Capitolio, donde reinó su inconfundible voz barítona durante 47 años.

La procesión fúnebre se abrirá paso por la Avenida Independencia, a través del emblemático "Mall" de Washington, donde se imponen los museos de la Institución Smithsonian.

Bajo un cielo nublado y con amenaza de lluvia, el entierro tendrá carácter privado, y aún así se prevé que miles de personas se acerquen al Capitolio y a lo largo de la trayectoria de la caravana para, con cámaras en mano, también despedirse por última vez de Kennedy.

El sepelio pondrá colofón a tres días de tributo nacional a Kennedy, en los que tanto amigos como rivales destacaron su liderazgo y su capacidad de forjar alianzas para sacar adelante más de 550 proyectos de ley.

El propio senador republicano Orrin Hatch, que inicialmente fue uno de sus más acérrimos rivales, afirmó anoche durante un servicio privado que le hace falta "pelear con él en público, para luego bromear en privado".

A su turno, el ex candidato presidencial republicano en 2008, John McCain, con quien Kennedy promovió diversos proyectos, entre ellos un polémico y fallido intento de reforma migratoria en 2007, afirmó que el "león liberal" del Senado era "el mejor aliado que pudieras tener".

Sin embargo, en paralelo a las incontables alabanzas a la obra y figura de Kennedy como "hombre del pueblo" en medio de una vida de privilegios, no han faltado los ataques de ultraconservadores que, aún en su muerte, no le perdonan lo que tachan de "flaquezas" como hombre y líder político.

De hecho, poco después de su muerte, los artículos más buscados en Internet tenían que ver con un accidente de automóvil en 1969 en Chappaquiddick, una isla en Martha's Vineyard, en el que perdió la vida una acompañante de Kennedy, Mary Jo Kopechne, y cuyo escándalo mancilló su buen nombre.

El activista conservador Grover Norquist dijo al diario The Washington Post que Kennedy "no se ganó nada" por mérito propio y lo acusó de querer imponer un aumento tributario a personas que, con su propio sudor, se han labrado un espacio en el mundo empresarial.

Desde el anonimato, muchos conservadores han recurrido a la blogósfera para ventilar su resentimiento contra Kennedy, quien, según analistas, dedicó su vida a la búsqueda de la redención a través de la defensa de los marginados y más vulnerables de la población.

A juzgar por comentarios en la página de Internet de la revista National Review, algunos, como el académico Hadley Arkes, ni olvidan ni perdonan.

Allí, Arkes comentó: "pongamos de lado la cuestión de si sus medidas en realidad condujeron al bienestar de las masas...aunque hayan mejorado la condición del ser humano, no pueden compensar dos actos que para siempre marcarán su carácter: la muerte de Mary Jo Kopechne y el ataque salvaje contra (el derrotado candidato al Supremo) Robert Bork".

Tanto en vida como ahora en su muerte, Kennedy fue icono de la "izquierda" estadounidense y eterna fuente de amargura para los conservadores.

Autor: María Peña

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