30 de agosto de 2009

¡Muerte de Liborio en primera plana de El Cable!

Por: EDGAR VALENZUELA

Hay pruebas de que el curandero Olivorio Mateo no murió envenenado como afirma, en "El marino rubio y el dios negro", el periodista venezolano Horacio Blanco Fombona, quien fue deportado de Santo Domingo en los años 20 del siglo pasado, cuando denunció en su revista "Letras" las torturas a que fueron sometidos ciudadanos dominicanos durante ocupación militar de 1916 a 1924.

Las envidencias indican que el supuesto envenenamiento de Olivorio Mateo es una de las tantas bolas de humo puestas a circular sobre su persona. Olivorio, murió en un ataque dirigido por tropas norteamericanas a su campamento ubicado en la Cordillera Central.

A continuación ofrecemos a nuestros amables lectores el reporte original publicado por E. O. Garrido Puello, el 1 de julio de 1922, en la primera plana del periódico sanjuanero El Cable, basado en datos suministados por la Policía Nacional Dominicana, horas después del hecho.

Luego de 87 años transcurridos, es la primera vez que se difunde esta versión de los policías que, además de testigos, participaron del ataque donde murió Olivorio Mateo junto a uno de sus hijos y varios de sus seguidores.

El gobierno militar norteamericano tomó la decisión de atacarlo tras este rechazar la entrega de sus armas. La publicación en primera plana arroja luz sobre los últimos minutos de vida del líder mesíanico y popular más famoso del país:

Muerte de Olivorio

"El 27 de junio próximo pasado, a las seis a.m., fue asaltado el campamento de Olivorio en "El Hoyo del Infierno", corazón adentro de la Cordillera Central, por un destacamento de la P.N.D. al mando del capitan Williams y el teniente Luna.

El asalto fue precisamente en momentos en que Olivorio celebraba los oficios de su culto, ya con sus mochilas listas para cambiar el campamento de sitio.

En los disparos cruzados resultaron muertos Olivorio, su hijo Eleuterio Mateo y los nombrados Máquina y Pañero, veganos ambos, según informes.

Se ocuparon en el campo 8 revolveres, 3 carabinas 50-70, 250 tiros, 1 sable y el espadín de Olivorio.

El hecho de que se encontraran rastros de sangre por diferentes partes hace presumir que algunos se escaparon heridos, los cuales se están persiguiendo.

El cadáver de Olivorio fue traído a la población y retratado. Mucha gente asistió a verlo, dándosele sepultura en el cementerio de la ciudad. El teniente Luna fue el primer P.N.D. que subió al campamento antes del asalto.

Los datos nos fueron suministrados por el teniente Luna y el sargento Dotel, que estuvieron en la jornada.

Con la muerte de Olivorio consideramos terminada para siempre su burda religión, la que constituía un oprobio para esta Común, aunque gran parte de sus adeptos eran elementos extraños a ella. Para el próximo número ofrecemos publicar una historia del liborismo, arrancando desde su iniciación".

Hasta aquí la información publicada por E. O. Garrido Puello en El Cable.

A diferencia del desenlace de otros enfrentamientos, la capacidad de fuego del grupo armado de Liborio esta vez resultó insuficiente para repeler con éxito la embestida del gobierno militar. El asalto fue por sorpresa, y esto también contribuyó para que no se produjeran bajas en las tropas dirigidas por los norteamericanos.

En la colección del periódico hay otras informaciones, igualmente interesantes, sobre este y otros temas.

Como certeramente apunta el amigo Sinecio Ramírez contiene un enorme caudal de datos sobre hechos ocurridos en el Sur dominicano y el país, entre 1921 y 1930: En la política, la vida económica y social, el arte, los deportes, las obras públicas y las relaciones con Haití.

En sus páginas está grabada la memoria escrita del Sur, algo que puede ser certificado por especialistas de la Academia Dominicana de Historia.

Hemos comenzado a difundir estas informaciones por internet, gracias al espíritu abierto y pluralista del director de este medio, a quien agradecemos su entusiasta colaboración.

El autor es periodista y escritor.

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