15 de noviembre de 2010

Analizan otro caso sospechoso de cólera


Papa exhorta a la comunidad internacional ayudar a Haití
Haitianos se lavan las manos al entrar al mercado de Dajabón. José Manuel Rodríguez
SANTO DOMINGO. Las autoridades de Salud Pública investigan la muestra que tomaron a un paciente haitiano que ingresó al país sospechoso de cólera.
Mientras el papa Benedicto XVI pidió ayer a la comunidad internacional que ayude a Haití a enfrentar la epidemia que ha causado más de 917 muertos.
El ministro de Salud, Bautista Rojas Gómez, informó que se trata de un hombre, de 52 años, que tenía diarrea y que fue atendido en el hospital público de Laguna Salada, en Valverde, donde se le practicó una muestra rápida que dio negativo.
Rojas Gómez dijo que el paciente fue hidratado, estabilizado y devuelto a su país, mientras esperan los resultados de otrosanálisis que fueron enviados al laboratorio de referencia de Santiago para realizarle un cultivo. Aseguró que hasta la fecha República Dominicana sigue libre de la enfermedad que ha afectado a más de 14,000 haitianos en menos de un mes.
Sobre la situación de los mercados binacionales, el ministro de Salud expresó que en el lugar que fue habilitado por las autoridades en Dajabón, el comercio se hizo en orden,  y se utilizaron los lavamanos y sanitarios que instalaron provisionalmente. Advirtió que la confinación y controles se mantendrán.
Llamado papal
Ayer en su mensaje ante peregrinos y turistas durante el Angelus en la plaza de San Pedro, el Papa exhortó a la comunidad internacional a ayudar generosamente al pueblo haitiano. Entiende que el momento es preciso para renovar su cercanía a las poblaciones de Haití, país que  fue afectado a principio de año por un terremoto que acabó con las vidas de alrededor de 300 mil personas y dejó a millones de haitianos a la intemperie.
El pontífice dijo que deseaba alentar a los diversos organismos y personas a que continúen los esfuerzos frente a la nueva emergencia sanitaria.
En Haití
El ministerio haitiano de Salud informó que contabilizó en los últimos dos días otras 121 muertes y que concentra la atención en la capital porque acoge cerca de tres millones de personas y, de éstas casi la mitad vive en campos de refugiados del sismo, en medio de deplorables condiciones higiénicas.

De Lisania Batista

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