16 de noviembre de 2010

Recluso cárcel Rafey ordenó asesinar a Jordi Veras


Adriano Román cumple condena de 20 años por intento de asesinato a Miguelina Llaverías
Jordi Veras perdió la visión del ojo izquierdo tras el atentado
SANTO DOMINGO.- Las autoridades revelaron este martes que la planificación del atentado que procuraba ultimar al abogado y comunicador Jordi Veras fue perpetrada por Adriano Román, un recluso que guarda prisión en la cárcel de Rafey, Santiago, tras ser condenado a 20 años de prisión por intento de asesinato de la señora Miguelina Llaverías.

Además de Román se implica en la trama a su compañero de celda Franklin Javier Reynoso Moronta y a los hermanos Engels y Francisco Carela Castro. También a José Viamey García, Rafael Augusto Erazo Serrano, Candy Caminero Rodríguez, Arturo Ferreras del Castillo, Roberto Sabala Espinosa y Carlos Alberto Mateo Montero.

La Procuraduría General de la República, la Policía Nacional y la Fiscalía de Santiago aseguran que por el asesinato de Veras se ofreció un pagó de 1.5 millones de pesos a los sicarios.

La comisión explica que Román, por asuntos pasionales y otros problemas en su matrimonio con Miguelina Llaverías, ordenó su asesinato en el 2005, hecho por el cual fue condenado a 20 años de prisión.
Junto a él fueron sentenciados a la misma pena Engels Carela Castro, Damason Nova Peralta y Aris Pérez Díaz.
Según la investigación Adriano Román contrató a Franklin Reynoso, quien guarda prisión en Rafey por una condena de 30 años. Asegura que éste se puso a disposición para cualquier trabajo de sicariato que tuviera que ejecutar.

De acuerdo con las pesquisas es ahí cuando Román le comunica que quiere sacar de circulación a Jordi Veras pero tenía que ejecutarse antes de las elecciones del 16 de mayo.

Agrega que el recluso Engels citó a su hermano Francisco Alberto Carela Castro --presunto jefe de la red que grababa parejas en los moteles-- en la cárcel donde guarda prisión y junto a Franklin Reynoso acordaron cobrarle a Adriano Román para darle muerte al comunicador, que según Román, le hacía la vida imposible.

Luego Reynoso le comunicó a Román que la suma que cobrarían los sicarios para asesinar al comunicador era la citada pero el recluso le expresó que por esa cantidad no llegarían a un acuerdo porque él sólo podía pagar 1.5 millones por el "trabajo". 

De Federico Méndez

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