E l 14 de Febrero se ha aceptado como día del amor y la amistad, y mientras sirva para aumentar la verdadera amistad y el verdadero amor, ¡bienvenido sea!
Una persona solía decir una frase que en verdad llama la atención: “A mí ningún hombre me cae mal, soy amigo de todos”.
Sin duda, este personaje buscaba a propósito razones para querer a la gente. Se había propuesto no aceptar en su espíritu la basura que se llama antipatía, rencor, odio, indiferencia hacia los hombres.
Envidio a esa persona.
Si cada uno de nosotros se propusiera encontrar cada día razones para amar a su esposo o esposa, a sus hijos, familiares, amigos y desconocidos. ¡Qué hermoso sería vivir en la Tierra!
Pero, ¡qué duro hemos hecho nuestro mundo y que difícil vivir en él por culpa del egoísmo y del odio!
Los esposos no siempre encuentran razones para amarse, sino para lo contrario. No todos los hijos ni todos los padres encuentran motivos para quererse, sino para distanciarse, o algo peor. Las guerras, el hambre, las injusticias que se dan en abundancia por donde quiera, no hablan demasiado bien de los habitantes de esta tierra. Abunda el odio en el corazón de los hombres y por eso son tan infelices.
Día de la amistad, un día para revisar, refrescar el verdadero amor.
Los esposos podrían preguntarse: ¿Qué hemos hecho con nuestro amor?
Los amigos verdaderos que se animen a hacerlo, porque bien vale la pena esa amistad.
Un amigo es un verdadero tesoro. Y si alguien dice tener razones para odiar a alguien, estar enojado, disgustado, que sepa que tiene infinitamente más razones para amar, para perdonar, olvidar, comprender y ser feliz.
DIOS ES AMOR, con mayúscula, todo en Él es bondad, misericordia, amor. No cabe en Él una brizna de odio o de rencor. Dios no puede odiar.
Por otro lado, hay otro ser que es todo odio y rencor. En él no cabe nada de amor, su nombre es Satanás.
Podemos decir que cuánto más amamos, más nos parecemos al primero, a Dios. Y cuánto más odiamos más nos parecemos al segundo, al Diablo.
En el cielo solamente hay una inmensa y total felicidad. Porque allí solamente se ama, no hay odio ni egoísmo.
En el infierno solamente hay desesperación e infelicidad completa y total. El infierno es “el lugar donde no se ama”, así lo define Santa Teresa.
La tierra, nuestra tierra, se parece más al cielo cuando crece el verdadero amor en los hombres, en la familias y en la sociedad. Pero es antesala del infierno cuando el odio y el egoísmo se apodera de las personas, de las familias y de los pueblos.
El Día de la amistad es tiempo de reavivar los buenos sentimientos hacia todos los hombres, y arrojar del corazón todo el odio que se acumula en él.
Amar es infinitamente mejor, que odiar...
El amor que no duele, que no se entrega, es puro cuento. El mundo esta lleno de cuento.
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