19 de septiembre de 2010

Betancourt dice que los primeros secuestrados por las FARC son ellos mismos



Madrid, 19 sep (EFE).- La ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt, que permaneció secuestrada varios años por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), cree que los primeros secuestrados por la guerrilla son ellos mismos.


Así lo relata Betancourt en su libro "No hay silencio que no termine", sobre el que habla con el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince en una entrevista publicada hoy por el diario "El País".


Betancourt explica que su libro, que se publicará en España el próximo 24 de septiembre, es producto de una narración y una reflexión en profundidad de todo lo que sucedió durante su secuestro, entre el 23 de febrero de 2002 y el 2 de julio de 2008.


En esta fecha, la ex candidata fue liberada por el Ejército de Colombia junto a otros catorce rehenes, entre ellos tres ciudadanos estadounidenses.


Betancourt asegura que los guerrilleros que permanecen en ese "campo de concentración tropical", como llama a la selva, "deciden alejarse de su familia y ser secuestrados de su propia organización". Y añade que "¡Los primeros secuestrados de las FARC son ellos mismos!".


Según Betancourt, "muchos de los muchachos que terminan en la guerrilla, a partir de cierto momento ya no quieren estar ahí; quieren volver a ver a sus familias, quieren salir de la selva".


Y se pregunta "¿qué le puede ofrecer a Colombia -un país polarizado, nutrido por mucho odio y por mucho rechazo también-, qué alternativa puede ser una organización como las FARC, hecha de odio, de corrupción, de violencia?".


La ex rehén de las FARC asegura que lo que ella ve en ese grupo guerrillero "es la caricatura de todos los vicios" de la sociedad colombiana y que, por este motivo, su "anhelo fundamental" es que Colombia "tiene que cambiar su corazón". Creo que estamos muy enfermos como sociedad, y tenemos que empezar a cambiar en cada uno de nosotros".


En su opinión, "las FARC son totalmente anacrónicas, no son viables sino en la selva. En la selva entendida como lugar prehistórico, del paleolítico".


Con respecto a su amiga y colaboradora Clara Rojas, la ex candidata a la vicepresidencia de Colombia que fue secuestrada el mismo día que ella, Betancourt afirma: "siempre seremos hermanas; la distancia de la amistad depende del momento".


Y acerca del hijo -Emmanuel- que Rojas tuvo durante el cautiverio, Betancourt dice que la guerrilla "no podía haber un bebé 'prisionero político' y que con su liberación "humanizó lo inhumanizable".


"La única decisión humana que tuvo Manuel Marulanda (líder de las FARC hasta su muerte en 2008) en su vida fue la de liberar a Emmanuel", dice Betancourt, convencida según sus conjeturas de que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez "tuvo mucho que ver con eso".


La ex candidata presidencial recuerda además que varios comandantes de las FARC estaban convencidos de que ese niño era de la guerrilla y que cuando creciera sería uno de ellos.


Esa es la lógica de la guerrilla, dice Betancourt: "Cuando una guerrillera queda esperando un niño de otro guerrillero, tiene que pedir permiso para tenerlo. Si no le dan permiso, tiene que abortar".


"Si le dan permiso" -añade-, "ella lo tiene, le dan tres o cuatro meses para amamantarlo y sacarlo adelante, y después se lo entregan a un miliciano. Y ese niño va a crecer en manos de esa familia de milicianos, y cuando cumple 10 o 12 años se vuelve guerrillero".


La autora del libro sobre su propia experiencia del secuestro afirma que "en ese ejercicio de estar allá (en la selva colombiana) con el pensamiento, estuve allá, volví allá físicamente. Terminaba extenuada: sudando, llorando, riéndome; era muy duro porque yo podía estar allá: veía, oía, sentía, tenía la temperatura del sitio, la humedad, los olores, los colores, la luz, las voces".


"Fue como hacer una disección de mí misma", explica Betancourt.


Y se refiere también a las especulaciones y a las "muchas cosas horribles" que publicaron o dijeron los periodistas durante su cautiverio, como una ocasión en la que estando "encadenada del cuello, amarrada a un árbol" escuchó en la radio como un periodista decía, "especulando, inventando, que yo probablemente era la amante del comandante de las FARC Alfonso Cano. Yo a Cano no lo conozco, nunca lo he visto en mi vida".


Betancourt atribuye estas y otras especulaciones a la "maldad" de la sociedad colombiana, que -dice- "es despiadada, está enferma de ira". EFE

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