COPENHAGUE.- El abogado de Julian Assange, fundador del portal de Internet Wikileaks, se mostró hoy sorprendido por la orden internacional de detención contra su cliente, emitida por Interpol, por supuestos delitos sexuales cometidos en Suecia.
La orden es una "notificación roja", el nivel más alto de Interpol, que se difunde para detener o hacerlo provisionalmente a personas buscadas internacionalmente y con fines de extradición, en este caso, a petición de la Oficina Internacional de la Fiscalía Pública de Gotemburgo (Suecia).
"Es muy sorprendente que Interpol adopte medidas tan extremas por algo que la Corte de Apelación dijo que era una violencia de tipo menor. Parece ridículo", afirmó Björn Hurtig, defensor del fundador del portal, famoso por sus revelaciones de documentos confidenciales del Gobierno estadounidense.
Hurtig sugirió en declaraciones a la prensa sueca que "debe haber otra cosa detrás de todo esto", apuntando al revuelo causado por las publicaciones de Wikileaks, y añadió que algo "huele mal" en este caso.
El rechazo de la fiscal superior, Marianne Ny, a aceptar que Assange, australiano de 39 años, pudiera testificar desde el extranjero aumenta las sospechas sobre otros posibles motivos para la emisión de una orden internacional, según Hurtig.
En el recurso de apelación al Tribunal Supremo de Suecia presentado ayer en Estocolmo, la defensa de Assange propondrá de nuevo que éste pueda ser interrogado por videoconferencia desde una embajada en el extranjero.
La Corte de Apelación de Svea, en Estocolmo, mantuvo el pasado día 24 la orden de ingreso en prisión en contra de Assange dictada anteriormente por un juzgado de primera instancia, que decretó una orden internacional de búsqueda y captura contra el australiano.
El tribunal hizo sin embargo dos matizaciones al primer dictamen. La sospecha por violación se mantiene, pero rebajándola a la categoría de "delito menor", mientras que en una de las tres denuncias por acoso sexual se considera que el grado de sospecha "no es lo suficientemente fuerte".
Todos los casos están relacionados con su estancia en Suecia el pasado mes de agosto para pronunciar varias conferencias sobre su actividad en Wikileaks.
Los problemas de Assange con la justicia sueca comenzaron el 20 de agosto, cuando una fiscal de guardia emitió la primera orden de captura contra él por sospecha de violación, una decisión revocada 24 horas después por la fiscal jefe, que redujo el caso a un delito menor de acoso.
La fiscal superior, Marianne Ny, asumió entonces la dirección de la investigación y unos días después decidió reabrir la investigación por violación, que culminó el mes pasado con una nueva orden de ingreso en prisión contra Assange.
De EFE
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