Por; Miguel Cruz Tejada
NUEVA YORK._ Yaciendo en un charco de sangre que salpicaba paredes, muebles, objetos decorativos y el piso, los cadáveres de dos enfermeras rusas, madre e hija, fueron encontrados en el apartamento en el que ambas residían en Brooklyn.
El sospechoso, según los investigadores habría escapado hacia Moscú, luego de perpetrar el hecho criminal y era el novio de la madre.
Los homicidios han sido considerados por fuentes de la investigación, como asesinatos espeluznantes y salvajes, por la saña y odio con que fueron cometidos.
Los cadáveres de Larisa Prikhodko de 27 años de edad y una despampanante rubia y su madre, Tatiana Prikhodko (56), fueron encontrados la noche del domingo en el apartamento en el que residían y situado en un edificio en el sector Sheppard Bay de Brooklyn.
El 911 recibió una llamada de un hombre que es el padre de un niño de 3 años de edad que procreó con la joven madre, luego de que ella no se presentara a recogerlo para llevarlo de regreso a su casa.
El principal sospechoso es el novio de la Tatiana, con quien convivió por décadas e identificado como Nikolai Rakossi.
Cuando se tocó en la puerta del apartamento, escena del crimen y nadie abrió, se produjo la llamada al número de emergencia. El inmueble está situado la calle 13 Este.
Las víctimas eran enfermeras, la hija en la maternidad del hospital Monte Sinaí y la madre en el Centro Médico Universitario Brookdale.
Cuando en ambos hospitales notaron la ausencia de las dos mujeres, notificaron a la policía. Oficiales rompieron la puerta y hallaron la espeluznante escena con el cuerpo de la madre en la sala y el de la hija en un dormitorio.
De inmediato, se activó una cacería internacional para capturar al asesino. Los investigadores creen que los asesinatos ocurrieron el sábado y que Rakossi, huyó a Rusia, antes de que los cadáveres fueran encontrados.
Una alerta en aeropuertos y puertos locales e internacionales, fue emitida desde el domingo en la noche. El sospechoso no tiene récord criminal en Estados Unidos, lo que podría dificultar o tardar su arresto.
Vecinos de las víctimas, describieron a Larissa, la hija, como una rubia impresionante que siempre tenía una sonrisa para todos y cuidaba muy bien al niño al que adoraba.
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