Fue un "verdadero ejemplo de
hidalguía y dignidad (...), el hombre que le dijo a Fidel Castro que era
un mentiroso y que su revolución era como un melón: verde por fuera
pero rojo por dentro
MIAMI,EE.UU..-
José Ignacio Rivero, el último director del rotativo cubano "Diario de
La Marina", que cerro en 1960 con el triunfo de la revolución, murió
este miércoles en Miami, a los 90 años, por complicaciones
cardiovasculares, informaron hoy medios locales.
Nacido en La Habana en 1920, Rivero asumió la dirección del "Diario de La Marina", conocido como "el decano de la prensa cubana", a mediados de la década de 1940 y con solo 25 años de edad,
tras la muerte de su padre, que ocupaba ese mismo cargo.
Fue un "verdadero ejemplo de hidalguía y dignidad (...), el hombre que le dijo a Fidel Castro que era un mentiroso y que su revolución era como un melón: verde por fuera pero rojo por dentro", dijo al diario El Nuevo Herald el que fuera secretario personal de Rivero, Oscar Grau.
Rivero se exilió con su familia en Estados Unidos en 1960, tras una serie de ataques a la sede del rotativo, fundado en 1844.
Ya en el exilio, el periodista dirigió varias revistas y trabajó como corresponsal de Prensa Española S.A. en Washington, además de publicar columnas en diferentes diarios.
Entre las distinciones que recibió por su dedicación al periodismo figuran la Gran Cruz de Carlos Manuel de Céspedes, la Gran Cruz de Isabel la Católica, el premio Héroe a la Libertad de
Prensa y el Diploma de Honor Lincoln-Martí.
Nacido en La Habana en 1920, Rivero asumió la dirección del "Diario de La Marina", conocido como "el decano de la prensa cubana", a mediados de la década de 1940 y con solo 25 años de edad,
tras la muerte de su padre, que ocupaba ese mismo cargo.
Fue un "verdadero ejemplo de hidalguía y dignidad (...), el hombre que le dijo a Fidel Castro que era un mentiroso y que su revolución era como un melón: verde por fuera pero rojo por dentro", dijo al diario El Nuevo Herald el que fuera secretario personal de Rivero, Oscar Grau.
Rivero se exilió con su familia en Estados Unidos en 1960, tras una serie de ataques a la sede del rotativo, fundado en 1844.
Ya en el exilio, el periodista dirigió varias revistas y trabajó como corresponsal de Prensa Española S.A. en Washington, además de publicar columnas en diferentes diarios.
Entre las distinciones que recibió por su dedicación al periodismo figuran la Gran Cruz de Carlos Manuel de Céspedes, la Gran Cruz de Isabel la Católica, el premio Héroe a la Libertad de
Prensa y el Diploma de Honor Lincoln-Martí.
De EFE
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