Dominicano baleó hija y luego se suicidó
NUEVA YORK.- Alfredo Monegro, el padre dominicano de 61 años que el miércoles en la mañana le dio un tiro en el cuello a su hija Miosotis de 34 y luego se suicidó de un balazo en la boca, la quería matar porque ella decidió mudarse hace tres meses del apartamento que compartían en la Calle 176 del Alto Manhattan.
Monegro, quien era empleado de un restaurante, estaba molesto porque su hija se fue de la vivienda y comenzó a vivir con dos hermanos -José y Abel - en un complejo de apartamentos en New Rochelle, donde trabaja uno de ellos.
El comisionado de policía Patrick Caroll dijo que la tragedia es triste y que lo que estaba en la mente del dominicano, no tenía solución. El padre esperó a que la hija que vivía cerca de donde la baleó, estuviera en camino al tren para ir a su trabajo en el Bajo Manhattan, un empleo que consiguió recientemente.
El hecho de sangre, presenciado por numerosas personas ocurrió a las 7:55 de la mañana en una de las avenidas más céntricas de New Rochelle, en el centro de la ciudad. El taxista Renato Sansotta dijo haber visto cuando el papá disparó a quemarropa a la hija.
"Cuando vio que la bala la impactó detrás de la cabeza y ella cayó, él se arrodilló a su lado y se dio un tiro en la boca, cayendo encima de la mujer", relató el chofer. Explicó que el padre cruzó algunas palabras con Miosotis antes de dispararle.
Muchas personas que iban camino al tren y docenas de estudiantes que se dirigían a sus escuelas a esa hora, también presenciaron el ataque. "Todo sucedió muy rápido, nadie tuvo oportunidad de reaccionar. Parecía que no era real", añadió el taxista residente en New Rochelle.
Miosotis, quien hasta ahora se aferra a la vida en cuidados intensivos del Centro Médico Westchester en Valhalla, sigue en estado crítico. "Se notaba que tenía la intención de asesinarla", expresó el chofer añadiendo que se acercó a los cuerpos y desde su celular llamó a la policía.
Monegro, quien era empleado de un restaurante, estaba molesto porque su hija se fue de la vivienda y comenzó a vivir con dos hermanos -José y Abel - en un complejo de apartamentos en New Rochelle, donde trabaja uno de ellos.
El comisionado de policía Patrick Caroll dijo que la tragedia es triste y que lo que estaba en la mente del dominicano, no tenía solución. El padre esperó a que la hija que vivía cerca de donde la baleó, estuviera en camino al tren para ir a su trabajo en el Bajo Manhattan, un empleo que consiguió recientemente.
El hecho de sangre, presenciado por numerosas personas ocurrió a las 7:55 de la mañana en una de las avenidas más céntricas de New Rochelle, en el centro de la ciudad. El taxista Renato Sansotta dijo haber visto cuando el papá disparó a quemarropa a la hija.
"Cuando vio que la bala la impactó detrás de la cabeza y ella cayó, él se arrodilló a su lado y se dio un tiro en la boca, cayendo encima de la mujer", relató el chofer. Explicó que el padre cruzó algunas palabras con Miosotis antes de dispararle.
Muchas personas que iban camino al tren y docenas de estudiantes que se dirigían a sus escuelas a esa hora, también presenciaron el ataque. "Todo sucedió muy rápido, nadie tuvo oportunidad de reaccionar. Parecía que no era real", añadió el taxista residente en New Rochelle.
Miosotis, quien hasta ahora se aferra a la vida en cuidados intensivos del Centro Médico Westchester en Valhalla, sigue en estado crítico. "Se notaba que tenía la intención de asesinarla", expresó el chofer añadiendo que se acercó a los cuerpos y desde su celular llamó a la policía.
De Miguel Cruz Tejada
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