Al cumplirse el 49 aniversario del derrocamiento del más hermoso ensayo democrático jamás vivido en la República Dominicana, son muchas las reflexiones y las enseñanzas dejadas por tan nefasto acontecimiento que torció el desarrollo nacional institucional, de las libertades y derechos del ciudadano, y atrofió simultáneamente el desarrollo económico y social. Es que repetidamente he dicho que Juan Bosch era demasiado avanzado para la época casi cavernaria en la que le tocó ejercer el poder. Adicionalmente eran muy fuertes las condiciones de la Geopolítica imperante y su Guerra Fría.
Su nacionalismo a rajatablas, su honestidad, su lucha frontal contra la corrupción, el alcance de la constitución de 1963, su desprendimiento por las cosas materiales y su gallardía en defender su honor eran vistos con ojerizas por los sectores que representaban todo lo contrario a sus concepciones. La gloriosa guerra de abril de 1965 también fue abortada por las botas extranjeras y los malos dominicanos que le acompañaron, evitando así el inminente retorno a la CONSTITUCIONALIDAD SIN ELECCIONES, y dejando una sociedad dominicana, ensangrentada, dividida y resentida. Que no se repitan jamás acontecimientos históricos de esta clase.
Los recienpasados resultados de las elecciones nacionales confirman la grandeza de este gran maestro, ya que alrededor del 98% de los votantes lo hizo en favor de los candidatos de los dos partidos políticos que él fundara. Más aún desde 1978 estos dos partidos han dirigido los destinos nacionales por un período de 24 de los 34 años transcurridos, a los cuales hay que sumarles estos cuatros que inician con Danilo Medina. En total 28 años, y no se vislumbra ninguna fuerza política en el futuro inmediato con capacidad de desplazar de las preferencias nacionales a estos dos partidos paridos del cerebro privilegiado del Profesor Juan Bosch.
Danilo Medina, una y otra vez se ha comprometido con levantar la bandera de ese gran patriota y sus primeros pasos apuntan que así será, siempre actuando con prudencia, con paciencia y perseverancia.
Su nacionalismo a rajatablas, su honestidad, su lucha frontal contra la corrupción, el alcance de la constitución de 1963, su desprendimiento por las cosas materiales y su gallardía en defender su honor eran vistos con ojerizas por los sectores que representaban todo lo contrario a sus concepciones. La gloriosa guerra de abril de 1965 también fue abortada por las botas extranjeras y los malos dominicanos que le acompañaron, evitando así el inminente retorno a la CONSTITUCIONALIDAD SIN ELECCIONES, y dejando una sociedad dominicana, ensangrentada, dividida y resentida. Que no se repitan jamás acontecimientos históricos de esta clase.
Los recienpasados resultados de las elecciones nacionales confirman la grandeza de este gran maestro, ya que alrededor del 98% de los votantes lo hizo en favor de los candidatos de los dos partidos políticos que él fundara. Más aún desde 1978 estos dos partidos han dirigido los destinos nacionales por un período de 24 de los 34 años transcurridos, a los cuales hay que sumarles estos cuatros que inician con Danilo Medina. En total 28 años, y no se vislumbra ninguna fuerza política en el futuro inmediato con capacidad de desplazar de las preferencias nacionales a estos dos partidos paridos del cerebro privilegiado del Profesor Juan Bosch.
Danilo Medina, una y otra vez se ha comprometido con levantar la bandera de ese gran patriota y sus primeros pasos apuntan que así será, siempre actuando con prudencia, con paciencia y perseverancia.
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