29 de marzo de 2013

Vía crucis: expresión religiosa y cultural

La tradición del vía crucis, el recorrido que recuerda la Pasión de Jesucristo, hunde sus raíces en el siglo XIV, pero el de Sevilla, origen de las procesiones de la Semana Santa más famosa del mundo surgió en 1521, gracias al marqués de Tarifa tras volver de un viaje a Tierra Santa. No se imaginaba que 500 años después sería uno de los símbolos más universales de la fe
cristiana.


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-- El vía crucis (Camino de la Cruz) es un recorrido por catorce estaciones que recuerdan cada Viernes Santo, la condena, crucifixión, muerte y sepultura de Jesucristo,

-- Su inicio se atribuye a los franciscanos, custodios de los Santos Lugares, en el siglo IV

-- La Semana Santa sevillana tiene su origen, según se considera, en el Vía Crucis impulsado por el marqués de Tarifa, Fadrique Heríquez de Ribera, en 1521.

El vía crucis (Camino de la Cruz), también conocido como Vía Dolorosa, es un recorrido por catorce estaciones que recuerdan, tradicionalmente la noche de Viernes Santo, pero también en otros momentos, la condena, crucifixión, muerte y sepultura de Jesucristo, y uno de los momentos centrales de la Semana Santa.

Pero, el Delegado Episcopal de Cultura de la Diócesis de Madrid, José Mguel García Pérez, hace énfasis en que hay que distinguir entre vía crucis y las procesiones de la Semana Santa, pues estas últimas reflejan diversos momentos de la Pasión, pero no siempre coinciden con las estaciones de la Vía Crucis, sino que abarcan los días anteriores y posteriores, hasta la Resurrección. 

"En la Semana Santa se evoca también la Pasión de Jesús evidentemente, pero estas procesiones tienen otra dinámica, el vía crucis se suele hacer dentro de los templos, parroquias o conventos", explica el religioso.

LOS FRANCISCANOS


El inicio del vía crucis tendría sus orígenes en Jerusalén, en el siglo XIV, y se atribuye a los franciscanos, a los que se les había concedido la custodia de los Santos Lugares. "Aunque según referencias de algunos textos antiguos de historiadores y de santos padres, desde el siglo IV, en la época del emperador Constantino, había ya costumbre de venerar algunos lugares representativos de la muerte de Jesús", explica García Pérez.

Su expansión por el mundo surge cuando en aquellos siglos muchos peregrinos no podían acudir a Tierra Santa debido a la distancia y las invasiones de los musulmanes. Aquella época "fue muy dura, era un intento y una lucha constante - de los cristianos- por revivir e identificarse con la Pasión de Jesús", señala el religioso.

A partir de esa dificultad, creció la necesidad de representar la Tierra Santa en otras partes del mundo, donde se concentraban cristianos que deseaban preservar esta tradición; incluso, en varios sitios de Europa se edificaron representaciones de los templos y santuarios más importantes de Jerusalén. Por esta razón, el vía crucis, como se conoce actualmente, proviene de las representaciones europeas.

Según el Delegado Episcopal, los ritos sagrados de la religión cristiana "son los siete sacramentos y el que más se repite es el de la eucaristía", pero el Vía Crucis es una devoción popular que se ha difundido entre las distintas sociedades, y que la han defendido religiosos y otras autoridades eclesiásticas".

VÍA CRUCIS EN SEVILLA.


El Vía Crucis se reza, habitualmente, la noche de Viernes Santo y es uno de los momentos más importantes de las celebraciones de la Semana Santa en todo el mundo, entre las que la más famosa es la de la ciudad española de Sevilla (sur), con sus magníficas procesiones seguidas por miles de devotos. 

Y precisamente la Semana Santa sevillana tiene su origen, según se considera, en el Vía Crucis impulsado por el marqués de Tarifa, Fadrique Heríquez de Ribera, en 1521, al regreso de un viaje por Tierra Santa. Tras lograr de la Santa Sede la autorización, organizó un primer Vía Crucis que recorría desde el palacio de los duques de Medinaceli hasta el humilladero de Cruz del Campo.

Los vía crucis, como parte integral de la Semana Santa, son expresión del fervor del pueblo católico, aunque también se han convertido en cita turismo y de interés cultural para muchos. 

Sin embargo, García Pérez reitera que "la finalidad del vía crucis es contemplar la Pasión de Cristo como un gran gesto de amor gratuito que Dios ha tenido con el hombre", y advierte que "esto es un ejercicio que conmueve a la humanidad y hace mejor al ser humano, le recuerda lo que Jesús hizo por todos nosotros y lo tomamos con gran valor".

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