6 de junio de 2013

Apoyo nacional a la carretera Cibao-Sur


POR FABIO HERRERA M.

La encuesta Gallup-HOY, dada a la publicidad en la semana final del mes de abril, reveló el notable apoyo que recibió el proyecto de construcción de la carretera Cibao-Sur, que superó el 85%, lo cual revela la convicción de la ciudadanía acerca de la importancia de la vía y que sería  la obra cumbre de la administración del presidente Medina.

 La obra es muy ambiciosa; se había engavetado por años debido al daño ecológico previsible, que ocurriría en caso de no  tomarse las medidas adecuadas para minimizar los riesgos, para que esa enorme reserva forestal  de los  parques nacionales Bermúdez  y Marcano, no sufran la depredación humana  que conlleva el progreso.

 Ya el gobierno eligió la ruta, desde la presa de Sabaneta en San Juan hasta las cercanías de El Rubio en San José de Las Matas, adentrándose  en el verdadero corazón de la riqueza del país,  donde  nacen los  principales ríos que le dan vida al país.  Por tanto, una carretera a cielo abierto es impensable,   ya que el daño ecológico sería mucho mayor a lo que pudo haber ocurrido en Loma Miranda, o al que se iba a producir en Los Haitises con aquella cementera que flamantemente   esta ahora instalada en el paraje de Gautier, Los Llanos.

 En consecuencia, el presidente Medina informó que la solución adecuada para la construcción de la vía sería con la inserción de un túnel de 4 a 6 kilómetros de largo para minimizar los daños ecológicos previsibles. Pero, por la naturaleza de esa zona de la Cordillera Central, lo recomendable, a los técnicos  que  están trabajando en el proyecto, es pensar que se requerirían  hasta tres túneles  de unos 6 kilómetros  de largo cada uno. Una longitud de un túnel más largo, que se pudiera construir en el país, sería una locura técnica y crearía  un foco para un desastre escandaloso de muertes  en caso de un accidente.

 Hasta ahora, el túnel carretero  más largo del mundo se encuentra ubicado en Noruega, con 24,5 kilómetros y  se conoce como el  de Laerdal y permite  comunicar a la capital noruega, Oslo, con Bergen para  evitar  interrupciones durante los largos inviernos nórdicos.  El trazado del túnel tuvo en cuenta que los conductores no se distrajeran, hasta se le insertaron ligeras curvas horizontales, se le instaló un sistema de ventilación moderno para la extracción de los gases y renovación del aire. El túnel duró cinco años en construirse, desde 1995 al 2000, y desde entonces está en operación con un alto grado de seguridad. Lo más novedoso  que se le dotaron de cuatro plazas de descanso, con retornos cada 500 metros y vías de escape para los usuarios cada 250 metros. La iluminación es de primera y va de acuerdo  con el punto del túnel  por donde circule el usuario.

 Si se pensara para la vía Cibao-Sur en construir túneles de más de 6 kilómetros sería  una decisión o recomendación contraproducente para el país, ya que la cultura del descuido  en el mantenimiento  y la garantía de una energía constante y permanente no es segura. Entonces,  sería un desastre infernal  que se produjera en ese túnel tal como ocurrió en uno de MontBlanc, entre Francia y Suiza,  de  20 kilómetros de largo  hace ya varios años con un saldo de 80 muertos  y destrucción de decenas de vehículos, aparte de la obstrucción de la vía por varios días.

 En consecuencia, la carretera Cibao-Sur es una gran obra de ingeniería, con un retorno dudoso de la inversión en un tiempo prudente, ya que será casi nulo. Esta vía coloca al país y sus técnicos  ante un desafío para manejar túneles de esas dimensiones, experiencia que aquí no existe,  pero que en Colombia, Chile y Argentina  la tienen, junto con la tecnología avanzada de construcción de túneles carreteros.

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