3 de noviembre de 2013

17 años después, dos familias destrozadas por un terrible crimen confrontan de nuevo en una batalla judicial

Dos grupos de una misma familia vuelven a enfrentarse nueva vez en una batalla judicial, 17 años después de un abominable crimen que estremeció al país, y rompió la unión familiar de los cercanos involucrados, ya aturdida y desecha por la desgracia que cercenó la vida de José Rafael Llenas Aybar (11 años), un pre-adolescente que entonces sonreía a la
vida. Fue una muerte despiadada.

Las familias Aybar-Llenas y Redondo-Llenas, después de la angustia y el destrozo emocional y sicológico que dejó del crimen, batallaron en los tribunales judiciales en 1996: Los primeros para lograr una sentencia por la muerte de su hijo, y la otra, queriendo conseguir una declaratoria de inocente de su vástago.

Sin embargo, una sentencia máxima de 30 años condenó al homicida Mario José Redondo Llenas a pagar por un crimen que lo iba a poner como un despiadado frente a una sociedad que no se reponía de la incredulidad del horrendo hecho.

Para los padres del malogrado jovencito, la condena de 30 años en prisión no iba siquiera a mitigar la pena y el dolor que dio ver el cuadro dantesco que de 34 perforaciones en la anatomía de su indefensa criatura.

Lo señores Ileana Aybar y José Rafael Llenas, arrastrando el dolor perenne que da la muerte de un hijo, lograron una sentencia “ejemplarizadora”, que ahora la parte contraria busca impedir se cumpla en su totalidad.

Este martes, ante el juez de la ejecución de la pena de la Cámara Penal del Departamento Judicial de San Pedro de Macorís, ambas familias, con cercanos vínculos, se verán la cara en los tribunales 17 años después, esta vez para litigar una acción incoada por el homicida que busca quedar en libertad.

Nora Llenas y Mario Raúl Redondo Carbonell acuden al tribunal luego de agotar una jornada de persuasión y convencimiento de que su hijo, Mario José Redondo Llenas, merece, “por su buen comportamiento en prisión”, estar en libertad.

Su cómplice, Juan Manuel Moliné Rodríguez, fue sentenciado a 20 años de cárcel, los cuales está cumpliendo en prisión, pues en dos ocasiones le ha sido rechazada la solicitud de libertad condicional.

Gran parte de la sociedad dominicana está  a la expectativa de la decisión que tomará la justicia en este nuevo capítulo de un caso que jamás se olvidará.

Y es que la sociedad entera se conmovió, igual por el crimen como por el sadismo que lo envolvió.

En el juicio llevado a cabo en 1996, la parte civil fue representada por Luis Miguel Pereyra, quien se lució en estrados como gran litigador criminalista, mientras que el abogado-defensor principal de los padres del entonces acusado, era el prominente Artagnan Pérez Méndez.

En esta parte para solicitar su libertad, Redondo Llenas se hará representar por el abogado Dionisio Ortiz Acosta.

Argumentos del pedido de libertad

En la instancia,  los abogados de Redondo Llenas recuerdan que su cliente ya cumplió más de la mitad de la pena, y por ende se acoge a los requisitos de la Ley 164 sobre libertad condicional.

Señalan que hacen la solicitud atendiendo a tres principios fundamentales, el primero de los cuales es “que permita la reinserción social del recluido.”

En la documentación para argumentar la solicitud condicional, citan, entre otros juristas internacionales, a David Garland,  profesor de derecho en Estados Unidos y uno de los teóricos más relevantes en el campo contemporáneo de la sociología del castigo.

“Existen algunos condenados capaces de convertirse en ciudadanos honestos, yo he sido testigo de arrepentimientos sinceros y profundos”, señala el expediente citando textualmente a Garland.

“Mario José Redondo Llenas ha de ser uno de los internos que ha exhibido el mas denodado esfuerzo de superación, cooperación e integración, en toda la historia del sistema penitenciario dominicano”, se deja saber en el grueso expediente.

Autor: LUIS BRITO

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