8 de enero de 2025

ARTICULO: Luchas colectivas

 

Por: Roberto Rosado Fernández, educador

        Recientemente sostuve una conversación con una maestra de la vieja guardia. Del grupo de docentes que levantaron las reivindicaciones de la ADP sin importar los riesgos que corrieran.

      Nos encontramos en las instalaciones de COOPNAMA, ambos recibiendo servicios de ese instrumento creado por Octavio Ramírez, oriundo de Las Matas de Farfán, ahora convertida en un monstruo del cooperativismo continental, además de mecanismo de solución de problemas inmediatos del magisterio de las provincias de San Juan y Elías Piña.

        A  más de recordar los esfuerzos de tantos educadores, desde la ADP, para expandir y fortalecer ese esfuerzo colectivo de solidaridad y solución de problemas inmediatos del magisterio, sirvió para rememorarla como mecanismo de mitigación de problemas psicológicos que la limitación de recursos afectaba, física y emocionalmente al magisterio por esos años.

        Recordamos los momentos en que la ADP promovía la lucha por sus demandas y las  de la población.  Eran grandes y bien organizadas esas Luchas coordinadas con organizaciones hermanas como: ANPA, ADIA, CODIA, AMD, APMAE, las enfermeras, los sindicatos de laboratorios, los grupos populares, los grupos estudiantiles, los clubes culturales, los centros de madres, las asociaciones de agricultores y otras.

       Este modelo de lucha se programaba de conjunto, las acciones se realizaban de conjunto y los resultados siempre fueron exitosos. Nadie osaba en emitir un juicio contrario pues cada sector conocía de antemano la razón de la lucha y lo justa de las reivindicaciones que se exigían.

       Hablamos del desayuno escolar, libros de texto, seguro medico, una sola jornada escolar, evaluación del desempeño, reajuste salarial conforme varíe el costo de la vida, jubilación automática y, entre otras más, el respeto a la libertad sindical. Eran las demandas que se levantaban en cada jornada, unidas a las de los grupos con los cuales se coordinaba cada acción.

      Hoy, gracias a esa forma de dirección colectiva los profesores, presentes y futuros, ven atractivo el ejercicio de la docencia y por ello la carrera de educación goza de más demanda en todas las instituciones de  formación superior que existen en esta región.

       En el marco de esa extensa y productiva conversación lamentamos el rumbo que ha seguido la sociedad de hoy, la incidencia de comportamientos contrarios a los que se enseñan en las aulas, promovidos principalmente por los medios de comunicación en sus diferentes versiones, los que han contribuido a debilitar la capacidad de reflexión y, a su vez, el debilitamiento de la mayoría de las organizaciones envueltas en aquellas jornadas de lucha, muchas de las cuales o no existen o están convertidas en siglas sin ninguna función o al servicio de los que controlan al estado.

      Las organizaciones que aún quedan entre las cuales está la ADP, están muy influenciadas por las fuerzas políticas que inciden desde el estado, las que, salvo raras excepciones no han sabido diferenciar el papel del sindicato y el papel del partido, haciendo esfuerzos por colocarla a su servicio.

      Debido a este desatino llega a la dirección de los sindicatos  dirigentes que responden a los lineamientos del partido antes que a la línea sindical definida y su lucha parece más coyuntural y económica provocando desprecio de la sociedad que antes eran sus aliados.

     Revertir esta situación, coincidíamos la maestra y yo, en que, la formación sindical en base al sindicalismo clasista pudiera ser el aliciente que ayude a recobrar la condición de sindicato que hoy luce con muchas debilidades.

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