Porque “La guagua va de reversa”, como canta Juan Luis Guerra, pero aún hay tiempo para frenar, replantear la dirección y avanzar hacia un destino más prometedor.
POR: RAFAEL MENDEZ
¿Por dónde hay que empujar hoy este país para llevarlo adelante? La famosa pregunta de Mafalda cobra un nuevo significado en la República Dominicana, donde la sensación de frustración y desencanto se ha ido generalizando.
Una parte significativa de la población percibe que el país retrocede en lugar de avanzar, tal como lo describe la emblemática canción de Juan Luis Guerra, “La guagua va de reversa”. Esta percepción refleja que los esfuerzos del gobierno no están guiando a la República Dominicana hacia un futuro mejor.
La sociedad descubre, cada vez con mayor claridad, que el gobierno ha desplegado una estrategia basada en anuncios constantes, promesas de reformas y maniobras políticas que, en la práctica, no han generado resultados tangibles.
Más de cuatro años después del inicio del mandato del presidente Abinader, el balance real muestra un panorama desalentador: reformas vacías, improvisación y una desconexión evidente entre las promesas del mandatario y la realidad que enfrenta el pueblo dominicano.
Una estrategia que no convence
La retirada de la reforma fiscal, que el gobierno de Abinader pretendía implementar, marcó un punto de inflexión. Esta propuesta, que carecía del consenso necesario, provocó una fuerte reacción social, manifestada en protestas masivas y un rechazo generalizado. La ciudadanía demostró que no está dispuesta a aceptar medidas impuestas de manera unilateral, y su movilización logró frenar lo que se percibía como una reforma perjudicial.
Sin embargo, el gobierno parece no haber aprendido las lecciones de este episodio.
La tendencia a abarcar demasiados temas al mismo tiempo ha sido una constante en la gestión de Abinader. Desde su llegada al poder, ha impulsado una multiplicidad de reformas en distintas áreas sin lograr consolidar avances significativos en ningún sector. Esta estrategia de “tocarlo todo”, sin un enfoque claro y definido, ha generado una creciente percepción de ineficacia y desorden.
Tal como lo advirtió el analista José Luis Taveras, el error de intentar abarcar demasiado ha llevado al gobierno a diluirse en promesas incumplidas y a perder credibilidad ante la ciudadanía. Las reformas no se tratan de cantidad, sino de calidad. Concentrarse en unas pocas iniciativas clave y ejecutarlas de manera eficiente debería ser la prioridad del presidente Abinader.
Las recientes movilizaciones sociales reflejan el agotamiento colectivo. La población dominicana, cansada de la corrupción, la desigualdad y la precariedad de los servicios públicos, ha dejado claro que no tolerará soluciones improvisadas ni medidas superficiales. Las protestas que obligaron al gobierno a retirar la reforma fiscal no fueron un hecho aislado, sino una expresión de una sociedad que exige cambios profundos y reales.
Empujar el país hacia adelante requiere liderazgo, pero también escucha y acción concreta. La frustración de la ciudadanía no solo radica en la falta de resultados, sino también en la percepción de que el gobierno actúa de manera manipuladora. Cada anuncio de reforma parece más orientado a generar una sensación de movimiento que a producir verdaderos avances.
Empujar el país hacia adelante: una tarea urgente
La República Dominicana no necesita más promesas vacías ni reformas a medias. Requiere que el gobierno se enfoque en lo esencial: educación, salud, transparencia y lucha contra la corrupción. Estos pilares deben ser el eje central de cualquier estrategia que pretenda sacar al país de su estancamiento y ofrecer a sus ciudadanos un futuro mejor. > Rafael Mendez: Fortalecer las instituciones democráticas es fundamental. La confianza de la ciudadanía solo se recuperará cuando vea que sus demandas son atendidas y que los recursos públicos se manejan de manera eficiente y responsable. El gobierno tiene en sus manos la oportunidad de corregir el rumbo, pero esto requiere voluntad política y un compromiso real con las necesidades del pueblo.
¿Por dónde hay que empujar HOY este país para llevarlo adelante? La famosa pregunta de Mafalda cobra un nuevo significado en la República Dominicana. La sociedad exige respuestas claras y acción efectiva. No basta con discursos bien elaborados o con anuncios pomposos. Se requiere un cambio de rumbo, un liderazgo que sepa escuchar y que tenga la capacidad de concentrar sus esfuerzos en lo que realmente importa.
La guagua va de reversa, como canta Juan Luis Guerra, pero aún hay tiempo para frenar, replantear la dirección y avanzar hacia un destino más prometedor. La pelota está en la cancha del gobierno. El pueblo ya ha hablado y seguirá haciéndolo hasta que sus demandas sean escuchadas. Es momento de que el presidente Abinader y su equipo tomen decisiones valientes y efectivas. Solo así podrán evitar que la guagua termine en el barranco y lograr que, finalmente, el país avance hacia el futuro que su gente merece.
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