ENTRE COMILLAS.
Lo conocí a finales del decenio de los sesenta cuando me llevó a visitar su casa Jorge Bournigal. Recuerdo que fue un domingo a media mañana y prolongamos el encuentro hasta principios de la tarde.
Vivía en lo que había sido la casa veraniega de su padre, Juan Naranjo lugar que hoy es parte del área metropolitana como parte de la avenida Independencia. Desde entonces mantuvimos una estrecha relación donde se involucraron las familias debido a la afinidad de gustos y objetivos.
Cuando eso ocurrió ya había sido presidente del Club Atlético Licey donde asimiló la experiencia durante los dos años de su mandato, en 1966-67 y 1967-68, en los que el equipo finalizó en el último lugar de la liga. No obstante reclamaba con orgullo el mérito de haber firmado a César Gerónimo, Teodoro Martínez y Santiago Guzmán que fueron luego columnas en las que se sostuvo el conjunto para acumular coronas de campeón.
Luego de esa experiencia se dedicó a la crónica deportiva de una manera magistral. Venía con la práctica de su larga estadía en la ciudad de Pittsburgh donde obtuvo el título de ingeniero a nivel de Suma Cum Ladem.
Se combinaron un perfecto conocimiento del idioma inglés, el amor al béisbol y una disposición extraordinaria para comunicarse con los demás brindando afecto y calor humano para que escalara el estrellato en esa labor. De esa manera guardó el título profesional obtenido brillantemente convirtiéndose en un excelente cronista deportivo.
Hasta el día de su muerte estuvo produciendo sus espacios radiales, sobre todo “Las Deportivas de Johnny Naranjo” que inicialmente, en aquella época en que la radio aún no estaba al nivel actual, se escuchaban en el país entero a través de Radio Televisión Dominicana de siete a siete y treinta de la mañana y de cinco a cinco y treinta de la tarde. Desde esa tribuna se informaba y se enseñaba.
Hizo historia en las transmisiones del béisbol de las grandes ligas en los años setenta y ochenta con La Gran Cadena de la Calidad, donde junto a Lilín Díaz y Freddy Mondesí conformaron un magnífico equipo al que luego se unieron otros valiosos comunicadores. Ese mismo grupo se mantuvo durante largos años realizando las transmisiones de radio de las Águilas Cibaeñas durante los torneos invernales con una profesionalidad incuestionable.
Descanse en paz este gran amigo. Su recuerdo será perenne entre los que disfrutamos de su personalidad.
beisbolprofundo@hotmail.com
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