28 de mayo de 2008

REPORTAJE: Las cosas no dichas del Caso Narcisazo (primera parte)

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El profesor Narciso González junto a sus hijos.
Este es el primero de varios reportajes de ALMOMENTO.NET sobre este dramático caso, de marcados ribetes políticos, que provocó curiosidad en la opinión pública y nunca ha sido esclarecido.

POR SAUL PIMENTEL Era el 26 de mayo del 1994 cuando el doctor Narciso González Medina, de 52 años, fue visto por última vez. González, mejor conocido como “Narcisazo”, desapareció luego de que estuviera en la noche en un cine de la avenida Duarte.

Como si se lo hubiera tragado la tierra, se desconoce su paradero a pesar de que sus familiares, amigos y las propias autoridades han movido hasta cielo y mar en busca suya.

Vida activa en la UASD

González era una figura muy conocida en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en donde fue catedrático de la facultad de Humanidades y en la cual estuvo siempre haciendo vida diaria y participando, desde muy joven, en movimientos revolucionarios. Se dice que el mote de “Narcisazo” le fue endilgado por el dirigente de izquierda Amaury Germán Aristy. Este, precisamente, fue el pseudónimo que utilizó en la década de los 70 en el periódico La Noticia para publicar una columna de sátira política denominada “El Pueblo Se Queja en Verso”, la cual fue muy popular por sus frecuentes y punzantes críticas al régimen de Joaquín Balaguer.

Su desaparición se produjo justo un día después de que, en una asamblea de profesores de la UASD, hiciera fuertes críticas al entonces Presidente y a jefes militares y otros funcionarios de su entorno. En ese momento había tensión política debido a que el principal partido de oposición, el Revolucionario Dominicano (PRD), denunciaba un fraude en las elecciones que habían sido celebradas hacía diez días.

Un discurso y un artículo

En su discurso Narciso acusó a funcionarios civiles y militares de ser los “corresponsables y beneficiarios” del fraude electoral, y exigió a las autoridades y profesores de la UASD “una actitud de compromiso con los intereses del pueblo”.

Días antes, había publicado en una revista que se editaba en Nagua, denominada “La Muralla”, un artículo titulado “Diez pruebas que demuestran que Balaguer es lo más perverso que ha surgido en América”. En esa publicación definió al entonces gobernante como “asesino, delincuente, inmoral, pandillero, tramposo, maquiavélico, miserable, cínico, dañino, corrupto, alevoso, servil y pervertidor”.

Al momento de su desaparición Narciso, de 52 años, vivía en la calle Luis Reyes Acosta número 305 del sector Villa María, en Santo Domingo. Estaba casado con la profesora Luz Altagracia Ramírez González (Taty), de 43 años, con la cual había procreado cuatro hijos: Amaury, Ernesto, Rhina y Jennie.

Sus familiares afirman que él se levantó a la hora habitual y se marchó poco después de las 9 de la mañana.

Narciso era amante de las apuestas hípicas. Versiones señalan que luego de salir de su casa el 26 de mayo fue visto alrededor de las 10 de la mañana en una agencia de la calle Peña Batlle donde tomó un programa de caballos. Posteriormente visitó la UASD y en la tarde fue visto por una señora que vendía café en el hipódromo Perla Antillana, que entonces estaba donde está ahora la Plaza de la Salud.

El 28 de mayo del 1994, dos días después, la esposa dió parte de la desaparición a la Policía, la cual junto a familiares y amigos de Narciso visitaron hospitales, clínicas, recintos policiales, cárceles, parques, el hipódromo Perla Antillana, la UASD y otros lugares, sin obtener resultados positivos.

Entonces, surgió la versión de que Narciso había sido secuestrado por militares. Ni los familiares del desaparecido ni la Policía han precisado nunca de dónde provino la misma. Han dicho y sostienen que la desaparición de éste fue una consecuencia del discurso y el artículo.

Primera querella y José Israel Cuello

El 26 de mayo del 1995, un año después, familiares de González depositaron en el Juzgado de Instrucción de la Séptima Circunscripción del Distrito Nacional una querella con constitución en parte civil en la que responsablemente señalaron que “el día de la desaparición estuvo como a las 2:30 de la tarde en el hipódromo Perla Antillana y los señores José Luís de León Sánchez y Dionisio Patiño Infante afirmaron haberle visto entrar en la noche al cine Doble, ubicado en la avenida Duarte, y salir alrededor de las 11:00”.

Indica la querella que “por diferentes fuentes se ha informado que el doctor Narciso González, alrededor de las 12:00 de la noche del día 26 de mayo, fue introducido por hombres con armas de fuego, de aspecto militar, frente al local del Centro de Otorrinolaringología, ubicado en la calle 27 de febrero casi esquina Leopoldo Navarro, en la jeepeta Mitsubishi Montero azul, cuya placa es la número O-11172”.

Agrega: “Varias personas de reconocida trayectoria pública, regularmente bien informadas, entre las que se puede mencionar al ingeniero José Rafael Cuello, en los días posteriores a la desaparición del doctor Narciso González, aseveraron por radio y televisión que éste fue detenido por el J-2, siendo llevado a la Secretaría de las Fuerzas Armadas donde fue torturado y posteriormente trasladado al destacamento de la Policía Nacional ubicado en la calle Bolívar esquina Rosa Duarte, negándose dicha dotación policial a recibirlo. De ahí lo trasladaron al Palacio de la Policía Nacional, donde tampoco lo reciben en razón del deterioro físico en que se encontraba, siendo durante el retorno cuando se produce su deceso, siempre conforme al testimonio de la fuente antes señalada”.

Señala que “lo que termina por confundir el carácter y naturaleza política de la desaparición del doctor Narciso González así como el hecho de que la misma procedió del Gobierno o de funcionarios o personajes vinculados a éste, lo aporta la actitud ineficiente, timorata y cómplice de la Policía Nacional en lo que respecta a la investigación de este hecho criminal”.

Indica que “la Policía Nacional, tan eficiente y perpicaz en la persecución de determinadas infracciones, en este caso no se molestó en investigar a ninguna de las personas y funcionarios que en los días precedentes había señalado por su nombre el doctor González como los responsables de la situación que en ese momento consternaba a la nación dominicana”.

Balaguer lo dió por muerto

Los familiares de Narciso González concluyeron recomendando que fueran investigadas las personas que fueron nombradas por él en la revista y en el discurso, es decir, “Manuel Guarda Liranzo, Aníbal Páez, Juan José Arteaga, Rafael Bello Andino, Ramón Pérez Martínez” asi como las que eran jefes de la Policía, la Fuerza Aérea y el Ejército al momento de la desaparición del Profesor. También el capitán de corbeta Luis Rafael Lee Ballester, el exraso Miguel E. Bonilla Faña, el exmayor Viriato Alcides Brito Pillier así como los nombrados Manuel Vanegas, Claudio de los Santos, el mayor Olimpo Cuevas Acosta y el coronel piloto Reyes Bencosme. Ademés, que fueran procuradas las declaraciones del doctor Joaquín Balaguer quien dijo públicamente que éste era “un crimen difícil de resolver” en momentos en que aún no se daba por muerto al doctor Narciso González.

(Fin de la primera parte)

Conozca mañana qué dijeron en interrogatorios las personas antes señaladas.

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