Washington, 1 may (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitará mañana la zona del Golfo de México afectada por el desastre del vertido de crudo, que sigue incontrolado y creciendo día a día, poniendo en peligro uno de los ecosistemas más ricos del país.
La visita presidencial, anunciada hoy, se produce en un momento en que crecen las alarmas por la magnitud impredecible del desastre, que amenaza con convertirse en la mayor catástrofe ecológica de la historia de EE.UU. y que ha colocado ya en situación de emergencia a tres estados, Luisiana, Florida y Alabama.
Obama pretende con su visita ver de cerca el desastre y respaldar el dispositivo que se ha desplegado para tratar de contener la gigantesca mancha de crudo que se extiende frente a las costas de Luisiana.
La mancha, con una superficie de casi 10.000 kilómetros cuadrados, como la isla de Puerto Rico, ya ha comenzado a contaminar los humedales y a afectar a las aves que se posan allí durante su trayecto migratorio.
La Casa Blanca está decidida a que la catástrofe ambiental que sufre Luisiana y los estados adyacentes no se convierta en un nuevo "Katrina", que marcó uno de los momentos de más baja popularidad de George W. Bush por la tardanza de su Gobierno en reaccionar tras las inundaciones por el paso de este huracán, en agosto de 2005.
Para ello el Gobierno se ha movilizado hacia las zonas afectadas y poder conocer de cerca el desastre. Así, este viernes se desplazaron a Luisiana la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, y el de Interior, Ken Salazar, entre otras autoridades.
Además, se ha decidido cerrar dos plataformas petrolíferas ubicadas cerca de la zona del desastre y evacuar una de ellas, como medida de precaución mientras prosiguen las tareas de limpieza.
La Casa Blanca informó de que el presidente se desplazará mañana a Luisiana, aunque han advertido de que será una visita breve, para no distraer las tareas de contención y limpieza del crudo.
British Petroleum (BP), concesionaria de la plataforma petrolífera que explotó el pasado 20 de abril y se hundió dos días después, ha comenzado a recibir duras críticas de la administración por su incapacidad para sellar el pozo marino que, según estimaciones oficiales y de la propia empresa, vierte cada día unos 800.000 litros de petróleo al mar.
Ayer mismo un directivo de BP, Doug Suttles, reconoció en una rueda de prensa en Luisiana que los 800.000 litros diarios de petróleo es una estimación "altamente imprecisa".
Algunos expertos consideran que esta estimación es extremadamente baja y calculan que la cifra de vertido podría ser cinco veces mayor, cuatro millones de litros de crudo diarios.
Varios medios de comunicación, entre ellos The Wall Street Journal, recogen hoy el estudio de Ian MacDonald, un profesor de oceanografía de la Universidad de Florida especializado en el seguimiento de las filtraciones de crudo en alta mar utilizando imágenes por satélite.
Los resultados del estudio revelan que, con un vertido de cuatro millones de litros diarios, en estos momentos podría haber flotando en el Golfo de México unos 34 millones de litros de crudo.
Esta cifra está aún por debajo de la catástrofe que protagonizó en marzo de 1989 el buque norteamericano "Exxon Valdez", que chocó contra un arrecife en el estuario de Prince William Sound (Alaska) y vertió al agua 42 millones de litros de petróleo, lo que causó el mayor desastre ecológico en la historia de EE.UU. hasta el momento.
El Departamento de Interior calcula que el proceso de sellado del pozo, que se encuentra a una profundidad considerable, se podría tardar 90 días. De cumplirse este pronóstico, según los cálculos de MacDonald, quedarían flotando en el mar unos 360 millones de litros de petróleo, casi nueve veces más que el "Exxon Valdez".
El dispositivo que ha puesto en marcha la administración para contener el desastre ha movilizado por el momento a unas dos mil personas y unos 75 barcos, encargados de la recogida del petróleo de la superficie y la aplicación de productos para disolver el crudo.
No obstante, la complicada situación meteorológica de hoy, con fuertes vientos y marea alta en la zona, está dificultando las tareas y muchos barcos han tenido que quedarse en puerto.
En paralelo, equipos de voluntarios y personal especializado rastrean la costa en busca de animales afectados por la mancha de crudo. Ayer se localizó al primero de ellos, un alcatraz cubierto de crudo que fue trasladado a un centro para su limpieza y tratamiento. EFE
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