La azafata, Lucie R., de 47 años y que ha confesado los hurtos ante la policía, actuaba principalmente en la clase "business" en vuelos de larga distancia desde Francia a distintos puntos de Asia, según reveló el diario "Le Figaro".
La azafata esperaba a que los pasajeros se durmieran para sustraerles sus posesiones, en especial dinero en metálico.
La investigación de la policía se inició el pasado 5 de enero, cuando cinco pasajeros de un Boeing 777 de Air France entre Tokio y París denunciaron el robo de unos 4.000 euros en divisas.
Tras meses de investigaciones, el pasado viernes la policía interrogó a la azafata, que estaba presente en los vuelos en los que se habían cometido robos, y que formalmente ya está implicada en 26 casos, reconocidos por ella misma.
Desde el pasado enero hubo hurtos en al menos 142 vuelos, mientras que la asaltante confirmó que inició esta práctica delictiva en marzo de 2009 "por problemas de dinero".
Según informó "Le Figaro", un investigador precisó que Lucie llevaba un tren de vida muy superior al de sus ingresos y que poseía joyas con piedras preciosas, una alianza de Cartier y un anillo de diamantes, entre otros bienes preciados, además de encontrar en su domicilio cheques y tarjetas de crédito ajenas.
La azafata, que se encuentra bajo control judicial, se enfrenta a una larga condena por un delito de robos y de tentativa de robos agravados.
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