Washington, 3 sep (EFE).- Los estados del este de EE.UU. rebajaron hoy sus temores ante las amenazas del huracán "Earl" que, a medida que avanza hacia el norte en paralelo a la costa, se debilita con más rapidez y con impactos menores de los esperados. El director del Centro Nacional de Huracanes (CNH), Bill Reid, recalcó hoy, en conferencia telefónica, que "las buenas noticias" del día son que el huracán se ha debilitado "de manera constante e incluso más rápido de lo pronosticado". Carolina del Norte, donde 30.000 residentes y turistas fueron evacuados, sufrió daños mínimos por la proximidad del huracán y abrió hoy la mayoría de sus playas de nuevo a los visitantes para un fin de semana vacacional por la celebración del Día del Trabajo este lunes.
"Earl" perdió intensidad a lo largo del día al frenar sus vientos hasta los 130 kilómetros por hora en su camino hacia la región de Nueva Inglaterra, en la costa noreste estadounidense, informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EE.UU..
En su último boletín, los meteorólogos determinaron que el ciclón se mantenía en una categoría 1 en la escala de intensidad de Saffir-Simpson, de un máximo de 5, y después de haber permanecido en 4 desde principios de semana.
Según los últimos datos, se mantiene alejado de tierra firme, a unos 465 kilómetros al sur-sureste de Nantucket (Massachusetts), en la zona de Nueva Inglaterra, que incluye los estados de Maine, Nuevo Hampshire, Vermont, Massachusetts, Rhode Island y Connecticut.
"El centro de 'Earl' estará muy cerca o justo al este de Cabo Cod (Massachusetts, en el noreste de EE.UU.) esta noche y sobre la costa de Nueva Escocia (costa sureste de Canadá) mañana", señaló el CNH.
El director de la Agencia de Gestión de Emergencias (FEMA), Craig Fugate, señaló hoy en conferencia telefónica que "no hay información oficial de víctimas o daños oficiales".
Entretanto, la zona de islas y comunidades playeras de Massachusetts permanecen en alerta ante las tormentas tropicales y vientos de huracán que pueden llegar.
Un aviso de huracán, que significa que se espera la llegada del sistema en 36 horas, permanece activo para Woods Hole hacia el este sobre Cabo Cod y hasta Segamore Beach, en Massachusetts, incluyendo Marthas Vineyard y la isla de Nantucket, unas elitistas zonas turísticas de la costa este.
"Aunque estamos muy seguros de ese pronóstico, nos queda la incertidumbre de cuál será la estructura y camino exacto de la tormenta", advirtió el director del CNH, Bill Reid en la misma conferencia.
Entre los posibles efectos, señaló la pérdida de electricidad, árboles caídos y erosión de playas debido a los vientos huracanados, tormentas tropicales y olas altas.
Tanto Carolina del Norte como Massachusetts habían declarado esta semana el estado de emergencia y el Gobierno de Barack Obama extendió a los dos la orden presidencial para coordinar efectivos federales con los locales y durante las tareas de socorro si la tormenta causa daños en esos estados.
Igualmente, el gobernador de Virginia, Robert F. McDonnell, y el de Maryland, Martin O'Malley, habían declarado el estado de emergencia.
El segundo había recomendado a los turistas no viajar por la ciudad de Ocean City (Maryland), un destino turístico más popular, según el diario The Washington Post.
Como recomendación general, Fugate aconsejó a los residentes y turistas de los estados en alerta que "se mantengan fuera del agua" y "no conduzcan a través del agua (en alusión a las carreteras sobre puentes)" mientras la tormenta permanezca cerca de la costa.
Otros estados que pueden verse afectados en las próximas horas son Rhode Island y Connecticut, que se encuentran entre Nueva York y Massachusetts, sobre todo en las líneas de costa inmediatas, donde pueden llegar tormentas tropicales, vientos y precipitaciones fuertes.
Reid se manifestó "no sorprendido para nada" por el debilitamiento del huracán que explicó por la interacción del sistema con factores del clima de la costa este, como unas aguas más frías a medida que sigue su trayectoria hacia el norte.
La costa del este de EE.UU. no se enfrentaba a un huracán como "Earl" desde que se acercó el huracán "Isabel" en 2003 y "Emily" en 1993.
Fugate destacó que todas las advertencias y preparativos estaban justificados y descartó una "reacción exagerada" por parte de la Administración.
"Tenemos que estar preparados según los pronósticos. No tenemos el lujo de permitirnos esperar a ver qué mal se pone el panorama porque se requiere demasiado tiempo para estar preparados", dijo. EFE
Autor: Susana Irles
No hay comentarios:
Publicar un comentario