3 de agosto de 2011

Todo el mundo sabía que iban a matar al periodista de La Romana.





LA ROMANA.- La generalidad de los habitantes de esta ciudad, incluyendo familiares de la víctima, sabían que a José Agustín Silvestre (Gajo), lo iban a matar, pero él no temía por su vida, porque cada día acentuaba más los ataques contra sectores poderosos de poder económico y que controlaban el negocio de las drogas en la región Este, que la mañana de ayer martes decidieron salir del comunicador, mandandolo a silenciarlo.

Por ello no extrañó a nadie, aunque los lamentos han paralizado a La Romana, la acción vandálica propia del sicariato, que en su contra se ejecutó la mañana de ayer martes, cuando el polémico comunicador fue secuestrado y posteriormente asesinado de tres balazos por cuatro individuos que dejaron su cuerpo abandonado, próximo al batey El Peñón, en San Pedro de Macorís.

El Gajo, como era conocido el director de la revista “La Voz de la Verdad”, órgano por donde se hacían las denuncias contra el narcotráfico y las autoridades judiciales de La Romana, fue interceptado por cuatro individuos, a escasos metros de su hogar, cuando iba en compañía de su hermana Filomena Silvestre y una menor de edad, que le dieron un balazo para en el abdomen para que penetrara a la yipeta en la que se lo llevaron herido.

Filomena Silvestre, quien acompañaba al asesinado comunicador, narró a los medios locales, que cuatro individuos armados de pistolas, atajaron a El Gajo y al él poner resistencia e irse a las trompadas con dos de ellos, le dieron un tiro y lo entraron a la fuerza en la yipeta, color dorado.

La yipeta marca Ford Explorer dorada, tenía más de media hora estacionada en lugar del rapto o secuestro, al parecer a espera del comunicador, quien iría ayer ante el procurador de la Corte de Apelación de San Pedro de Macorís, a dar declaraciones sobre amenazas de muertes que supuestamente recibía del fiscal de La Romana, José Polanco, con quien llevaba una litis judicial por difamación e injuria.

El secuestro de Silvestre se produjo en la calle Gastón Fernando Deligne, a unos 120 metros de su residencia.

"Yo iba junto con él, pero yo me paré cinco minutos y me dijeron que eran cuatro hombres y que ellos les dispararon y forcejearon y que él le había dado un trompón a uno de ellos y ellos se lo llevaron. Los que lo vieron no pudieron hacer nada porque ellos estaban disparando", dijo Filomena Silvestre, hermana del comunicador asesinado.

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