mucho más niños durante la masacre.
Soto, quien desde los tres años de edad definió vocación por el magisterio, le dijo al asesino que sus estudiantes no estaban en el aula, recibiendo como respuesta una mirada de hielo y un balazo, según relató uno de los niños que ella había escondido en una habitación contigua a al aula de clases.
Además de la profesora Soto, otra estudiante de origen puertorriqueña, Ana Márquez Green de seis años de edad e hija del jazzista Jimmy Greene y sobrina del alcalde de Manabao, Jorge Márquez, también fue asesinada en la escuela.
La maestra tenía 27 años de edad se interpuso entre el pistolero y los niños, según confirmó Jim Wiltsie, un primo de Soto, quien dijo que la policía ha destacado la valentía y heroicidad de la profesora.
"Estoy muy orgulloso de informar que mi prima, la profesora Victoria Soto, es una gran heroína", agregó Wiltsie.
"No esperaba nada menos de Vicki, porque no sólo hizo para lo que estaba entrenada en hacer, sino lo que su corazón le dictó", expresó el pariente de la educadora.
"Al conocer esto, su familia tiene algo más de paz", sostuvo. Relató que Soto adoraba a su familia que es muy unida. "Era la cabecilla de todos, ella siempre se hizo cargo". La maestra vivía en el poblado de Stratford (Connecticut) en una modesta casa.
El primo dijo que el hecho de que fue asesinada días antes de las navidades ha devastado mucho más a sus padres. "Todavía no lo creen, piensan que es algo surrealista."
Soto estaba soltera, tenía un perro negro de la raza labrador al que adoraba y era una feligresa frecuente en la iglesia de la comunidad.
Hija de los señores Carlos y Donna Soto, quienes trabajan como enfermera y operador de grúa en el departamento estatal de transporte, la profesora hacía un largo recorrido para llegar a la escuela, lo que preocupaba a sus padres.
Su madre lleva 30 años trabajando en el hospital de Bridgeport. El cadáver de la maestra fue identificado por su hermano Juan y ella comenzó a educar en el plantel desde hacía cinco años. Era adorada por sus alumnos a quienes llamaba "mis ángeles"
El primo dijo que la familia quiere que el mundo sepa la historia ahora, antes de que sea enterrada y olvidada.
"Queremos que siga allá fuera, en el corazón de la gente y que no se convierta sólo en una estadística o un número más en la lista de las víctimas. El mundo debe saber que ofrendó su vida para defender a la de sus ángeles", terminó diciendo el señor Wiltsie.
Autor: Miguel Cruz Tejada
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