20 de agosto de 2009

Obama asegura a grupos y líderes hispanos que impulsará la reforma migratoria

Washington, (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, aseguraron hoy a líderes de grupos pro inmigrantes, religiosos, sindicales, empresariales y policiales que impulsarán la reforma migratoria. Napolitano se reunió hoy en el edificio Eisenhower, anexo a la Casa Blanca con 130 representantes de organizaciones de diferentes sectores de la sociedad que reclaman que el mandatario de EE.UU. cumpla con su promesa electoral y promueva una reforma migratoria integral.

En el encuentro, los líderes de la comunidad hispana pidieron al Gobierno de EE.UU. acciones concretas a partir de otoño (septiembre-octubre).

Obama acudió al final a la reunión, ocasión que aprovechó para asegurar a los asistentes que entiende que el sistema de inmigración de la nación "no funciona y necesita ser arreglado", informó el portavoz de la Casa Blanca para asuntos hispanos, Luis Miranda.

"El presidente ha dicho siempre que empezaríamos a trabajar en la reforma integral migratoria este año y eso lo que estamos haciendo", aseguró el portavoz.

Obama ha dicho que la reforma migratoria será una de sus prioridades, pero también ha reconocido que sufrirá un retraso.

Hace unos días, en Guadalajara (México), el gobernante estadounidense dijo que espera que el Congreso del país tenga listo un borrador para la reforma migratoria para fines de año y lo someta a votación en 2010.

Advirtió de que tendrá que esperar a que el Congreso saque adelante otras medidas, especialmente la reforma de salud.

El encuentro de hoy fue calificado por diferentes representantes de los grupos invitados a la reunión como una "buena señal", pero insistieron en que es necesario que el Gobierno pase de la retórica a los hechos.

Frank Sharry, fundador y director ejecutivo de America's Voice, pidió a Napolitano que "comience con discursos públicos sobre la necesidad de la reforma como lo hizo cuando era gobernadora de Arizona" y que se presente una "propuesta detallada en el Congreso".

Sharry también solicitó que "el presidente siga hablando de la necesidad (de la reforma) y como una prioridad".

"Si no tenemos acciones como éstas en otoño no vamos a tener resultados concretos el año que viene", señaló.

En la reunión no se abordaron plazos ni propuestas concretas, explicó Claudine Karaski, del Fondo México-Americano para la Defensa Legal y la Educación (Maldef).

Por su parte, Sharry se mostró convencido de que lo único que "va a promover esa cuestión es el activismo de la comunidad" latina, que saldrá a la calle el 12 de octubre para reclamar esta iniciativa.

Angelo Amador, de la Cámara de Comercio, explicó que los grupos transmitieron a Napolitano que "muchas cosas no son aceptables" y que antes de endurecer la ley debería impulsar la reforma.

Especialmente críticos fueron con el controvertido programa "E-Verify", que exige a las empresas verificar el estatus migratorio de sus empleados, y con el programa 287 (g) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad.

Esta última amplió a las autoridades locales el poder extraordinario de detención y encarcelamiento que estaba inicialmente en manos de las agencias federales en las fronteras.

Gabriel González, director de campañas del Center for Community Change, dijo que la reunión "no fue mal", y agregó: "Tenemos que ver lo que hacen no solamente lo que dicen".

"Quieren pasar la reforma, quieren hacerlo durante el primer mandato, saben que será difícil y están comprometidos con hacerlo, lo que es una buena señal, pero sus acciones son más importantes que sus palabras", afirmó.

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