Toros y Estrellas será la primera final entre equipos de provincias de una misma región del país.
SANTO DOMINGO. La final que inicia esta noche demuestra que el Este también existe, que ya no es el peón del ajedrez de la pelota otoño-invernal, como hasta hace poco se tenía.
Que estos equipos apenas hayan ganado tres de las 57 coronas que se han disputado en el circuito, que las Estrellas tengan 42 años y los Toros 16 que no levantan el título, no ha sido argumento que quite el sueño a los miles de seguidores de ambas novenas, muchos de los cuales no han sido testigos de celebrar un cetro.
Entusiasmo no ha faltado. En San Pedro celebraron entre la noche del lunes y la madrugada del martes como si se hubiese ganado el campeonato. Y en La Romana, cuyo equipo luce favorito, no ha ahorrado júbilo ante la que pudiera ser la segunda corona taurina.
En pleno fervor de la fiebre de las redes sociales y los teléfonos inteligentes, los parques Tetelo Vargas y Francisco Micheli se han convertido en escenario donde se toman tantas fotos y vídeos como en una pasarela u alfombra roja.
Estrellas y Toros (aunque el primero sufrió extra para obtener su boleto) llegan con sobrados méritos a la última fase del torneo. Aunque terminaron la serie regular empatados con el Escogido (27-22), las escuadras cañeras fueron las primeras en clasificar al Round Robin, dejando en el camino a los dos principales animadores de la liga, Águilas y Licey.
La ecuación de los Toros, que salen como ligeros favoritos, se define con el juego pequeño, importados que han respondido y un pitcheo efectivo bajo la dirección de un hombre (Dean Treanor) que cumple su tercera campaña al frente del club y que sabe sacar el mayor rendimiento de cada jugador.
Así, el juego pequeño es personificado en figuras como Esteban Germán, Ricardo Nanita, Víctor Mercedes, José Constanza, Danny Richar y Eduardo Núñez, el bateo oportuno Andy Dirks y Kevin Barker (que llegó en el Round Robin), y la efectividad de brazos como Fernando Abad, Raúl Valdés, Humberto Sánchez y Miguel de los Santos.
Las Estrellas supieron reponerse de la salida de varios criollos y extranjeros que rindieron y de escogencias en los sorteos de nativos e importados que no rindieron como se esperaba.
Edward Rogers ha recobrado la pólvora que le dio el título de bateo en la campaña 2005-2006, Alexander Valdez, Argenis Reyes, Víctor Méndez y Michael Martínez son los bates más respetados de la alineación y Ramón Ortiz y Eulogio de la Cruz son los brazos más confiables de la rotación.
La serie, pactada a un 9-5, también medirá a dos oficinas con ciertas diferencias estructurales. El gerente general de las Estrellas, Eddy Toledo, un cazatalento que ha hecho fama de ojo de águila al descubrir jugadores como José Reyes, Octavio Dotel, Quilvio Veras y Carlos Gómez, es una persona con grandes vínculos con las Grandes Ligas y probada experiencia gerencial en la pelota criolla con Licey y Gigantes.
Contando con el apoyo de un entusiasta presidente José Mallén durante la temporada muerta, Toledo hizo una serie de cambios que transformaron la estructura de los verdes, equipo que en la campaña pasada salió de competencia a mediados de noviembre y finalizó con 15-35.
Toledo fue el arquitecto del cambio que llevó desde el Escogido a Valdez, Reyes y Méndez, además de conseguir desde el Licey a Polín Trinidad y Félix Pie. El también representante de Tampa Bay en el país jugó un papel clave en la contratación de importados productivos como Jeff Frazier.
En cambio, la responsabilidad de la oficina de los Toros recae sobre Frank Micheli y Jean Giraldi, el primero con 28 años de experiencia al frente del equipo. Pero ninguno de los dos tiene vínculos con Las Mayores.
En el caso de Girardi, este ex ejecutivo de empresas privadas y ex gobernador de La Romana, ha logrado clasificar al equipo al Todos contra Todos en cuatro de las cinco temporadas que tiene como director de operaciones.
NPerez@diariolibre.com
Que estos equipos apenas hayan ganado tres de las 57 coronas que se han disputado en el circuito, que las Estrellas tengan 42 años y los Toros 16 que no levantan el título, no ha sido argumento que quite el sueño a los miles de seguidores de ambas novenas, muchos de los cuales no han sido testigos de celebrar un cetro.
Entusiasmo no ha faltado. En San Pedro celebraron entre la noche del lunes y la madrugada del martes como si se hubiese ganado el campeonato. Y en La Romana, cuyo equipo luce favorito, no ha ahorrado júbilo ante la que pudiera ser la segunda corona taurina.
En pleno fervor de la fiebre de las redes sociales y los teléfonos inteligentes, los parques Tetelo Vargas y Francisco Micheli se han convertido en escenario donde se toman tantas fotos y vídeos como en una pasarela u alfombra roja.
Estrellas y Toros (aunque el primero sufrió extra para obtener su boleto) llegan con sobrados méritos a la última fase del torneo. Aunque terminaron la serie regular empatados con el Escogido (27-22), las escuadras cañeras fueron las primeras en clasificar al Round Robin, dejando en el camino a los dos principales animadores de la liga, Águilas y Licey.
La ecuación de los Toros, que salen como ligeros favoritos, se define con el juego pequeño, importados que han respondido y un pitcheo efectivo bajo la dirección de un hombre (Dean Treanor) que cumple su tercera campaña al frente del club y que sabe sacar el mayor rendimiento de cada jugador.
Así, el juego pequeño es personificado en figuras como Esteban Germán, Ricardo Nanita, Víctor Mercedes, José Constanza, Danny Richar y Eduardo Núñez, el bateo oportuno Andy Dirks y Kevin Barker (que llegó en el Round Robin), y la efectividad de brazos como Fernando Abad, Raúl Valdés, Humberto Sánchez y Miguel de los Santos.
Las Estrellas supieron reponerse de la salida de varios criollos y extranjeros que rindieron y de escogencias en los sorteos de nativos e importados que no rindieron como se esperaba.
Edward Rogers ha recobrado la pólvora que le dio el título de bateo en la campaña 2005-2006, Alexander Valdez, Argenis Reyes, Víctor Méndez y Michael Martínez son los bates más respetados de la alineación y Ramón Ortiz y Eulogio de la Cruz son los brazos más confiables de la rotación.
La serie, pactada a un 9-5, también medirá a dos oficinas con ciertas diferencias estructurales. El gerente general de las Estrellas, Eddy Toledo, un cazatalento que ha hecho fama de ojo de águila al descubrir jugadores como José Reyes, Octavio Dotel, Quilvio Veras y Carlos Gómez, es una persona con grandes vínculos con las Grandes Ligas y probada experiencia gerencial en la pelota criolla con Licey y Gigantes.
Contando con el apoyo de un entusiasta presidente José Mallén durante la temporada muerta, Toledo hizo una serie de cambios que transformaron la estructura de los verdes, equipo que en la campaña pasada salió de competencia a mediados de noviembre y finalizó con 15-35.
Toledo fue el arquitecto del cambio que llevó desde el Escogido a Valdez, Reyes y Méndez, además de conseguir desde el Licey a Polín Trinidad y Félix Pie. El también representante de Tampa Bay en el país jugó un papel clave en la contratación de importados productivos como Jeff Frazier.
En cambio, la responsabilidad de la oficina de los Toros recae sobre Frank Micheli y Jean Giraldi, el primero con 28 años de experiencia al frente del equipo. Pero ninguno de los dos tiene vínculos con Las Mayores.
En el caso de Girardi, este ex ejecutivo de empresas privadas y ex gobernador de La Romana, ha logrado clasificar al equipo al Todos contra Todos en cuatro de las cinco temporadas que tiene como director de operaciones.
NPerez@diariolibre.com
De Nathanael Pérez Neró
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