Dice que no tiene miedo, pero no descarta más acciones en su contra
SANTO DOMINGO,-. Affe Gutiérrez, esposo de la comunicadora Sarah
Pepén, disfrutaba ayer de la calidez del hogar, luego de dos años y dos
meses en prisión, acusado de asesinato.
Gracias al descargo que le hizo la Corte de Apelación de la provincia Santo Domingo, quitándole los 30 años de prisión que por dos ocasiones le impuso un tribunal, ayer cargaba a su pequeña hija de apenas un año y 5 meses, sentado en su casa.
A su lado, su esposa, su padre, sus abogadas y parte de la familia, todos notablemente emocionados. "Es una sensación indescriptible", comenta, haciendo alusión al momento. Insiste en lo insólito de su caso, y refiere el hecho de que no se le concediera una fianza, aun cuando la muerte del joven Wester Junio Solís, por el que le acusaron, se había producido en el 2005, años antes de que lo acusaran.
Gutiérrez asegura que a pesar de la persecución que hubo en su contra, no tiene miedo, aunque no descarta que puedan seguir haciendo cosas malas en su contra. "Dios utiliza a unos para destapar a otros. Lo que espero es que los deseos morbosos hayan cesado, y que los hombres sean hombres. Querían destruirnos, pero sólo nos unió más", dijo Gutiérrez.
Gracias al descargo que le hizo la Corte de Apelación de la provincia Santo Domingo, quitándole los 30 años de prisión que por dos ocasiones le impuso un tribunal, ayer cargaba a su pequeña hija de apenas un año y 5 meses, sentado en su casa.
A su lado, su esposa, su padre, sus abogadas y parte de la familia, todos notablemente emocionados. "Es una sensación indescriptible", comenta, haciendo alusión al momento. Insiste en lo insólito de su caso, y refiere el hecho de que no se le concediera una fianza, aun cuando la muerte del joven Wester Junio Solís, por el que le acusaron, se había producido en el 2005, años antes de que lo acusaran.
Gutiérrez asegura que a pesar de la persecución que hubo en su contra, no tiene miedo, aunque no descarta que puedan seguir haciendo cosas malas en su contra. "Dios utiliza a unos para destapar a otros. Lo que espero es que los deseos morbosos hayan cesado, y que los hombres sean hombres. Querían destruirnos, pero sólo nos unió más", dijo Gutiérrez.
De Tania Molina
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