6 de junio de 2012

María Montez, una estrella fulgurante



El sueño de María Montez se hizo realidad. Hoy la recordamos cien años después de que Barahona, “la Perla del Sur”, viera nacer a su joya más valiosa la noche del 6 de junio de 1912.

Ella tenía un anhelo y cristalizó sus ansias de gloria en un verso: “Quisiera tocar el firmamento para convertirme en unaestrella lejana, pero fulgurante y bella, así todos me recordarán por lo que una vez llegué a ser”.

Y así está su imagen plasmado en las mentes de sus compatriotas y en las de aquellos que tuvieron la dicha de conocerle “exuberante, magnífica... imposible de olvidar”, como la describiría en su libro Margarita Vincens de Morales.

Sus biógrafos nacionales Pablo Clase hijo y Vincens de Morales coinciden en que la también conocida como “Sirena del Atlántico” era una mujer de firmes convicciones.

Clase opinó en su libro “María Montez, mujer y estrella” que la actriz fue una chica segura de sí misma desde su niñez y que durante los primeros años de su vida mostró un rasgo esencial: creer seriamente en sus sueños e ilusiones, “a pesar de las difíciles circunstancias a su alrededor”.

La mujer a la que le atribuyeron el título de la Reina del Technicolor por su piel “ligeramente dorada” que armonizaba con esa técnica fue capaz de dejar atrás al banquero irlandés William McFeeters, con quien tenía 7 años de casada, para ir detrás de un sueño.

Ella misma reconoció ante McFeeters que su viaje a Nueva York era un reto, pero se marchó convencida de que podría calar con su talento.

A su llegada trazó todo un plan que consistía en darse cita en los clubes más renombrados del momento como: El “Stork Club”. “Copacabana” y el “Lousiana Purchase”, con el fin de ser vista por los medios o algún productor de cine.

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