Es una festividad
mexicana y centroamericana, se celebra también en muchas comunidades de losEstados Unidos, donde
existe una gran población mexicana y centroamericana.
La Unesco ha
declarado esta festividad Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.1 El Día de Muertos es un día festejado
también en el Brasil, como Dia dos Finados, aunque
esta festividad no tiene las mismas raíces prehispánicas que la festividad
mexicana.
Los orígenes de la
celebración del Día de Muertos enMéxico son
anteriores a la llegada de los españoles. Hay registro de celebraciones en las
etnias mexica, maya, purépecha y totonaca. Los rituales que celebran la vida de
los ancestros se realizan en estas civilizaciones por lo menos desde hace tres
mil años. En la era prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos
como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el
renacimiento.
El festival que se
convirtió en el Día de Muertos se conmemoraba el noveno mes del calendario solar mexica,
cerca del inicio de agosto, y se celebraba durante un mes completo. Las
festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl,
conocida como la "Dama de la
Muerte " (actualmente relacionada con "la Catrina",
personaje de José Guadalupe
Posada) y esposa de Mictlantecuhtli, Señor
de la tierra de los muertos. Las festividades eran dedicadas a la celebración
de los niños y las vidas de parientes fallecidos.
La muerte es
un símbolo emblemático que ha causado admiración, temor e incertidumbre al ser
humano a través de la historia. Por muchos años, en diversas culturas se han
generado creencias en torno a la muerte que han logrado desarrollar toda una
serie de ritos y tradiciones ya sea para venerarla, honrarla, espantarla e
incluso para burlarse de ella. México es un país rico en cultura y tradiciones;
uno de los principales aspectos que conforman su identidad como nación es la
concepción que se tiene sobre la muerte y todas las tradiciones y creencias que
giran en torno a ella.
De cualquier modo, hay
que destacar que esta celebración no es propia de todos los mexicanos puesto
que, pese a ser una fiesta que se ha convertido en un símbolo nacional y que
como tal es enseñada (con fines educativos) en las escuelas del país, existen
muchas familias que son más apegadas a celebrar el “Día de todos los Santos”
como lo hacen en otros países católicos. Además, cabe mencionar la fuerte
influencia de los Estados Unidos que, al menos en zonas fronterizas, se evidencia
con la presencia de la fiesta conocida como Halloween, la cual se celebra cada año con más
frecuencia y en un mayor número de hogares. De ahí también que exista una
inquietud entre los propios mexicanos de querer preservar el Día de Muertos
como parte de la cultura mexicana sobre otras celebraciones parecidas.
La celebración en el mundo prehispánico
Pintura de "La Catrina " sobre una de las calles deGuaymas, México.
Para los antiguos
mesoamericanos, la muerte no tenía las connotaciones morales de la religióncatólica, en la que las
ideas de infierno y paraísosirven para
castigar o premiar. Por el contrario, ellos creían que los rumbos destinados a
las almas de los muertos estaban determinados por el tipo de muerte que habían
tenido, y no por su comportamiento en la vida.
De esta forma, las
direcciones que podrían tomar los muertos son:
El Tlalocan o paraíso de Tláloc, dios de la lluvia. A este sitio se
dirigían aquellos que morían en circunstancias relacionadas con el agua: los
ahogados, los que morían por efecto de un rayo, los que morían por enfermedades como la
gota o la hidropesía, la sarna o
las bubas, así como también los niños sacrificados al dios. El Tlalocan era un
lugar de reposo y de abundancia. Aunque los muertos generalmente se
incineraban, los predestinados a Tláloc se enterraban, como las semillas, para
germinar.
El Omeyocan, paraíso del sol,
presidido por Huitzilopochtli, el
dios de la guerra. A este lugar llegaban sólo los muertos en combate, los
cautivos que se sacrificaban y las mujeres que morían en el parto. Estas
mujeres eran comparadas a los guerreros, ya que habían librado una gran
batalla, la de parir, y se les enterraba en el patio del palacio, para que
acompañaran al sol desde el cenit hasta su ocultamiento por el poniente. Su
muerte provocaba tristeza y también alegría, ya que, gracias a su valentía, el
sol las llevaba como compañeras. Dentro de la escala mesoamericana de valores,
habitar el Omeyocan era un privilegio.
El Omeyocan era un lugar
de gozo permanente, en el que se festejaba al sol y se le acompañaba con
música, cantos y bailes. Los muertos que iban al Omeyocan, después de cuatro
años, volvían al mundo, convertidos en aves de plumas multicolores y hermosas.
Morir en la guerra era
considerada como la mejor de las muertes por los mexicas. Para ellos, a diferencia de otras
culturas, dentro de la muerte había un sentimiento de esperanza, pues ella ofrecía
la posibilidad de acompañar al sol en su diario nacimiento y trascender
convertido en pájaro.
El Mictlán, destinado a quienes
morían de muerte natural. Este lugar era habitado por Mictlantecuhtli y
Mictecacíhuatl, señor y señora de la muerte. Era un sitio muy oscuro, sin
ventanas, del que ya no era posible salir.
El camino para llegar al Mictlán era muy tortuoso y difícil, pues para
llegar a él las almas debían transitar por distintos lugares durante cuatro
años. Luego de este tiempo, las almas llegaban al Chicunamictlán, lugar donde
descansaban o desaparecían las almas de los muertos. Para recorrer este camino,
el difunto era enterrado con un perro, el cual le ayudaría a cruzar un río y
llegar ante Mictlantecuhtli, a quien debía entregar, como ofrenda, atados de
teas y cañas de perfume, algodón(ixcátl), hilos colorados y
mantas. Quienes iban al Mictlán recibían, como ofrenda, cuatro flechas y cuatro
teas atadas con hilo de algodón.
Por su parte, los niños
muertos tenían un lugar especial, llamado Chichihuacuauhco, donde se encontraba
un árbol de cuyas ramas goteaba leche, para que se alimentaran. Los niños que
llegaban aquí volverían a la tierra cuando se destruyese la raza que la
habitaba. De esta forma, de la muerte renacería la vida.
Los entierros
prehispánicos eran acompañados de ofrendas que contenían dos tipos de objetos:
los que, en vida, habían sido utilizados por el muerto, y los que podría
necesitar en su tránsito al inframundo. De esta forma, era muy variada la
elaboración de objetos funerarios: instrumentos musicales de barro, como ocarinas, flautas, timbales y sonajas en forma
de calaveras; esculturas que representaban a los dioses mortuorios, cráneos de
diversos materiales (piedra, jade, cristal), braseros, incensarios y urnas.
Las fechas en honor de
los muertos son y eran tan importantes que les dedicaban dos meses. Durante el
mes llamado Tlaxochimaco se llevaba a cabo la celebración denominada
Miccailhuitontli o fiesta de los muertitos, alrededor del 16 de julio. Esta
fiesta iniciaba cuando se cortaba en el bosque el árbol llamado xócotl, al cual le quitaban la
corteza y le ponían flores para adornarlo. En la celebración participaban
todos, y se hacían ofrendas al árbol durante veinte días.
En el décimo mes del
calendario se celebraba la
Ueymicailhuitl o fiesta de los muertos grandes. Esta
celebración se llevaba a cabo alrededor del 5 de agosto, cuando decían que caía
el xócotl. En esta fiesta se realizaban procesiones que concluían con rondas en
torno al árbol. Se acostumbraba realizar sacrificios de personas y se hacían
grandes comidas. Después, ponían una figura de bledo en la punta del árbol y
danzaban, vestidos con plumas preciosas y cascabeles. Al finalizar la fiesta,
los jóvenes subían al árbol para quitar la figura, se derribaba el xócotl y
terminaba la celebración. En esta fiesta, la gente acostumbraba colocar altares
con ofrendas para recordar a sus muertos, lo que es el antecedente del actual
Desde antes de la
llegada de los españoles, antes de que la religión católica fuera impuesta en
Mesoamérica, muchas de las culturas prehispánicas tenían la creencia de una
vida después de la muerte. Por ejemplo, de acuerdo a Luis Ramos, en su libro Culturas Clásicas Prehispánicas en la cultura maya, cuando una persona
moría, su alma iba al “inframundo” (conocido por ellos como Xibalbá). Según sus
creencias, para llegar a este lugar, las almas debían de cruzar un río con la
ayuda de un xoloitzcuintle (raza de perro); es por eso que dentro de los ritos
funerarios de los mayas se encontraba el de enterrar a un perro de esta raza
junto con la persona fallecida, de lo contrario, correría el riesgo de no
llegar a Xibalbá y quedarse en el camino.
Después, esta creencia se vio
reafirmada con la introducción a la cultura de la religión católica; de acuerdo
a la religión católica (religión predominante en México) existe la idea de un
cielo y un infierno a donde las almas se dirigen cuando uno muere (dependiendo
de su comportamiento en vida), es decir, la creencia de una vida después de la
muerte.3
Transformación del ritual
Cuando llegaron a América los españoles en el siglo XVI trajeron sus propias celebraciones del
Día de Muertos cristianas y europeas, donde se recordaba a los muertos en el
Día de Todos los Santos. Al convertir a los nativos del nuevo mundo se dio
lugar a un sincretismo que mezcló las tradiciones europeas y prehispánicas,
haciendo coincidir las festividades católicas del Día de todos los Santos y
Todas las Almas con el festival similar mesoamericano, creando el actual Día de Muertos.
Patrimonio de
la Humanidad
En ceremonia llevada a
cabo en París, Francia el 7 de noviembre de 2003 la UNESCO distinguió
a la festividad indígena de Día de Muertos como Obra Maestra del Patrimonio
Oral e Intangible de la
Humanidad. La distinción por considerar la UNESCO que esta festividad
es:
"...una de las
representaciones más relevantes del patrimonio vivo de México y del mundo, y
como una de las expresiones culturales más antiguas y de mayor fuerza entre los
grupos indígenas del país."
Además en el documento
de declaratoria se destaca:
"Ese encuentro
anual entre las personas que la celebran y sus antepasados, desempeña una
función social que recuerda el lugar del individuo en el seno del grupo y
contribuye a la afirmación de la identidad..."
"...aunque la
tradición no está formalmente amenazada, su dimensión estética y cultural debe
preservarse del creciente número de expresiones no indígenas y de carácter
comercial que tienden afectar su contenido inmaterial."
Calaveritas
Se les llama así tanto a
las rimas, versos satíricos como a los grabados que ilustran calaveras
disfrazadas o bien de dulce descritas a continuación:
§
Rimas. también llamadas
"calaveras", son en realidad epitafios humorísticos
de personas aún vivas que constan de versos donde
la muerte (personificada)
bromea con personajes de la vida real, haciendo alusión sobre alguna
característica peculiar de la persona en cuestión. Finalizan con frases donde
se expone que se lo llevará a la tumba. Es muy común dedicar las
"calaveritas" a personajes públicos, en especial a políticos en el
poder. En muchos casos la rima habla del aludido como si estuviera ya muerto.
§
Grabados: Litografías,
generalmente del Maestro José Guadalupe
Posada, que aunque no dibujó específicamente para Día de Muertos,
sino eran caricaturas con que colaboraba en diferentes publicaciones de principios
del siglo XX en México se
usan en estas fechas por sus alusiones a la muerte festiva.
§
De dulce:Son dulces en forma de
cráneo, generalmente realizadas de dulce de azúcar, chocolate, amaranto,
gomita, entre otros. Generalmente son vendidas en los tradicionales mercados
denominados "Todos Santos" además de tiendas comerciales, tianguis,
etc.
Simbolismo
§
Las Calaveras de
dulce, tienen escritos el nombre del difunto (o en
algunos casos de personas vivas, en forma de broma modesta que no ofende en
particular al aludido) en la frente, son consumidas por parientes o amigos.
§
El Pan de muerto.
Platillo especial del Día de Muertos.
Es un panecillo dulce que se hornea en
diferentes figuras, desde simples formas redondas hasta cráneos, adornado con
figuras del mismo pan en forma de hueso y se espolvorea con azúcar.
§
Las Flores. Durante el período del 1 al 2 de noviembre las
familias normalmente limpian y decoran las tumbas con
coloridas coronas de flores de rosas, girasoles, entre otras, pero principalmente
de Cempaxóchitl, las
cuales se cree atraen y guían las almas de los muertos. Casi todos los panteones son visitados.
§
La Ofrenda y la visita de las almas. Se cree que las almas de los
niños regresan de visita el día primero de noviembre, y las almas de los
adultos regresan el día 2. En el caso de que no se pueda visitar la tumba, ya
sea por que ya no existe la tumba del difunto, o porque la familia está muy
lejos para ir a visitarla, también se elaboran detallados altares en las casas,
donde se ponen lasofrendas,
que pueden ser platillos de comida, el pan de muerto, vasos de agua, mezcal,
tequila, pulque o atole, cigarros e incluso juguetes para las almas de los
niños. Todo esto se coloca junto a retratos de los difuntos rodeados de
veladoras.
Ofrenda de Día de Muertos.
Los materiales
comúnmente utilizados para hacer una ofrenda de muertos para el Día de Muertos
tiene un significado, y son entre otros los siguientes:
§
Retrato de la persona recordada: El retrato del difunto sugiere el ánima que los visitará
la noche del 2 de noviembre.
§
Pintura o cromo de las Ánimas del Purgatorio: La imagen de las ánimas del purgatorio sirve para pedir la
salida del purgatorio del alma del difunto por si acaso se encontrara ahí.
§
Doce cirios: Aunque pueden ser
menos, tienen que ser en pares, y preferiblemente de color morado, con coronas
y flores de cera.
Los cirios, sobre todo si son morados, son señal de duelo.
Los cuatro cirios en cruz representan los cuatro puntos cardinales, de manera
que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su camino y su casa aparte de
agua y sal.
§
Flor de cempasúchil (o flor de cuatrocientos pétalos): Su color representa la
luz como los rayos del sol y al regarla en forma de camino se le indica a las
almas el rumbo por el cual se le guía a casa.
§
Cruz de tierra: Para
recordarle su fe, ya que el Miércoles de
Ceniza se le dice la
frase: "Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás", con lo
que se le recuerda que regresa a la tierra de la que salió.
§
Calabaza en tacha: Este
fruto ocupa un lugar privilegiado tanto en la cocina tradicional prehispánica
como en la actual.
Es parte de la tetralogía alimenticia del país, al lado del
maíz, el frijol y el chile. De ella se aprovecha todo: tallos, guías, flores,
frutos y semillas. En el altar se prepara como dulce: cocida con azúcar,
canela, tejocotes, trozos de caña de azúcar o con otros ingredientes, según el
gusto de quien cocine.
El dulce cristalizado se llama calabazate. La preparación de la calabaza en
tacha consiste en introducir dicho fruto en un cesto de palma que se confita en
las calderas donde se fabrica el azúcar.
Esta es la forma tradicional, pues en
las antiguas máquinas de los ingenios se hacía la concentración del guarano o
jugo de caña en dos calderas cónicas, colocadas sobre un solo horno (la
mancuerna); una de las calderas era la malera, y la otra la tacha.
En la
actualidad se prepara cocida en miel de piloncillo o panela, antiguamente
llamada también tacha para bendecir las casas
.
El Día de Muertos en la ficción
§
La historia narrada en
la novela Bajo el volcán,
de Malcolm Lowry, se
escenifica en México durante este día.
§
La trama de la película Macario (1959), protagonizada por Ignacio López
Tarso, tiene lugar durante la víspera de un Día de Muertos.
§
En el juego de
computadora Grim Fandango de Tim Schafer (1998), el personaje Manny Calavera habita
en la tierra de los muertos y debe realizar un largo viaje lleno de aventuras
para alcanzar el descanso, e incluye muchas alusiones visuales y temáticas a la
celebración. De hecho, el título original del juego era "Deeds of the
Dead" (Voluntad de los muertos).
§
El clímax de la película Érase una vez en México se ubica en medio de un desfile
durante el Día de Muertos.
§
La novela Days of the Dead, de Barbara Hambly, se
desarrolla un Día de muertos, en 1835.
§
En la novela El árbol de la noche de brujas,
de Ray Bradbury, los
personajes contemplan la forma en que se celebra el Día de Muertos.
§
En la película The Crow: City of Angels,
segunda parte de El Cuervo,
se maneja la trama durante la celebración del Día de Muertos.
§
En un episodio de la
serie animada Maya y Miguel se hace referencia al Día de Muertos.
§
La película mexicana de
animación La leyenda de la Nahuala narra una historia que tiene lugar el
1 de noviembre de 1807.
§
En la película Blood in Blood Out (Sangre por sangre), la matanza
que desatan los chicanos contra
los blancos y los negros en la cárcel, por el control de ésta lo hacen a partir
de esa fecha en honor a los muertos.
§
El cortometraje Hasta los huesos,
de René Castillo, hace
alusión al culto de la muerte en México.
§
La serie animada El Tigre: las aventuras de Manny Rivera,
transmitida por la cadena Nickelodeon, tiene un
capítulo especial dedicado al Día de Muertos.
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